Ya se sabe que el Comité Federal del PSOE ha decidido la abstención en la investidura de Rajoy cuando se llegue a la segunda vuelta, una decisión sólo del 59,1% de los miembros que deja en evidencia un resquebrajamiento en el seno del partido. Falta aún por saber qué dirá el Comité del PSC, porque, aunque Javier Fernández confíe en que al final se sumarán a la decisión abstencionista, la cosa no está nada clara. Es más, ya alguna diputada ha dicho que romperá la disciplina de voto.
Sea como sea, los socialistas, o socialdemócratas más bien, tendrán que explicar por qué si llevamos un año esperando gobierno a última hora se les ha encendido la bombilla. Han decidido primero, dejar claro que no al gobierno de un partido sumido en una galopante corrupción y que ha estrujado a los ciudadanos a cotas de penuria insospechadas, con una reforma laboral abusiva y beneficiando a los poderosos y corruptos con amnistías fiscales, además de otras mil lindezas. Y segundo, que bueno, que aunque esa derecha haya actuado así, por España van a abstenerse y dejar que Rajoy forme gobierno. Difícil explicar todo esto, sobre todo la espera, porque tardar tantísimo en acordarse de España suena atronador, y pensar que los pensantes no han caído hasta ahora en esto es deducir que son unos malpensantes.
Así pues, todos los que de verdad siguen pensando en sus adentros que no es no, pero que van a acatar la disciplina de voto salida del Comité Federal, tendrán que ejercer su voto con la nariz tapada...
Rajoy feliz como una perdiz, no ha hecho nada y le regalan la investidura los socialistas después de haber puesto bocabajo el que es su partido rival. La táctica de D. Tancredo le ha salido a pedir de boca, y con la boca llena volverá a jurar su cargo de presidente del gobierno por otros cuatro añitos. Desde luego que esto podría pasar a la historia como el ejemplo de que la paciencia es la mejor de las virtudes, cuando se le explique a los niños qué es la paciencia quizás el santo Job quedará en el olvido y se contará la historia de Mariano Rajoy, quien con sabia paciencia se quitó de en medio a su máximo opositor y salió victorioso. Aunque la verdad es que me temo que Rajoy no sólo pasará a la historia por eso, porque si se le presume esa gran virtud, no es menos cierto que se han comprobado sus muchísimos defectos.
El segundo mandato de Rajoy, no obstante, no va a ser para él y sus correligionarios un camino de rosas como lo fue el primero, me refiero a que se les acabó la mayoría absoluta y ahora se las van a ver y desear para sacar adelante sus proyectos, si es que los tienen y no son los de Merkel. No sólo van a tener que cumplir los 150 acuerdos firmados con Rivera, sino que no creo que vayan a encontrar en el resto de la bancada el beneplácito para llevarnos de nuevo a los extremos anticrisis que nos tienen acostumbrados.
Los socialistas o socialdemócratas del PSOE tendrán que demostrar que son el mayor partido de la oposición y eso sólo lo pueden conseguir con propuestas alternativas a la derecha rajoniana, ya no pueden volver a darle agua ni una vez más, si no quieren perder a más votantes de los ya perdidos ni caer más bajo en escaños del suelo conseguido en junio. Está por ver cómo van a hacer esa oposición con el martillo pilón de Iglesias por detrás recordándoles que Rajoy está ahí porque ellos lo pusieron.
Desde luego que vamos a estar entretenidos, a los que nos gusta la política se nos abre un panorama que yo calificaría de expectante, quizás un tiempo de novedades que nos ofrezcan el esperpento en el Congreso con un gobierno en minoría que, como en las películas de cine, logra salvar su investidura en el último momento, pero con un final incierto, tanto que ya se oyen voces diciendo que en menos de dos años una moción de censura se cierne sobre los tejados del edificio de la carrera de San Jerónimo para acabar con Rajoy y para que volvamos a ir a las urnas. O sea, que todo el follón sólo para darnos un respiro electoral y dejarnos tranquilos esta Navidad, para que todos canten Noche de paz, Raphael llegue con El tamborilero, la capa de Ramón García la veamos con las uvas de fin de año y los Reyes Magos nos traigan el recuerdo del niño que llevamos dentro.
Mientras, en esta semana nos toca esperar el esprint final de este maratón electoral. Luego llega el puente de los todos los santos y los fantasmas de Don Juan Tenorio nos divertirán comiendo gachas en la mesa estufa (aunque por desgracia últimamente se ven sometidos por esa moda americana llamada Halloween). Fantasmas y política una mezcla… poco decorosa.