Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Vivir de hacer trampas a un equilibrio o a la naturaleza

Muchos solo viven de hacer trampas al sentido común, a la razón o a las reglas de la Naturaleza. ¡Exacto!, parece que no respetan o se burlan u odian (o “mandan al carajo”) las reglas por las cuales se basa cualquier bien; y ya, en pura consecuencia, solo viven de hacer excusas, justificaciones, descuidos, pillerías en cinismo o trampas a lo que siempre ha sido equilibrio o “sabiduría primigenia o antigua”.

Pero, ¿para qué se pasan todas sus vidas hablando de responsabilidad si la ignoran infinitamente? ¡Eso quisiera yo saber! También, en curiosidad, hablan y hablan de ciertos bienes como corrompiéndolos o como “puteándolos” infinitamente.

¡Bueno!, el mundo debe valorar solo lo que un equilibrio quiera, ya sea la razón o la antiestupidez o la Naturaleza. Solo, porque si ya valora otra capacidad habrán por seguro incontables abusos, injusticias, confusiones y desequilibrios.

El mundo no puede valorar lo que tantos egoísmos o caprichos o inventores de irresponsabilidades quieren. El mundo no puede valorar lo que por un camino o por otro a él lo destruye o lo debilita.

Cuando una cosa se valora bien, pues se cuida, se fortalece en todo su desarrollo y se protege. Eso es valorar en un modo correcto, o no falso. Cuando una cosa se valora bien siempre se tiene en cuenta, y nunca se olvida. Así es.

Cuando la política se valora bien, pues se evita ya todo lo corrupto, o todo lo mentiroso, o todo lo intolerante-violento para que la respuesta política sea siempre sensata, justa, responsable y comprensiva con la realidad. Y es eso lo que se espera del político en cualquier momento: el que juegue limpio, el que sepa escuchar y el que sepa tratar con ética a todas las cosas.

Las personas deben valorar a la verdad, siempre antes que a cualquier medio verdad o retórica o demagogia o confusión o puesta en escena de cualquier buenismo o estrategia de manipulación. Por eso será la verdad valorada solo en la fuerza racional que conlleve, nunca en otra consideración.

Las personas deben valorar por ellas mismas, no a través de intermediarios o de poderes o de ideologías que desvirtuarán la dignidad de cualquiera. Y de debe valorar bien sin utilizar a la cultura para un interés parcial, sin utilizar a la información misma para un interés parcial y distorsionado con respecto a la realidad.

Asimismo, para que alguien valore bien obligatoriamente siempre tiene que renunciar a todo lo que va envenenando ya conteniendo una u otra sinrazón; sí, es muy preciso que se renuncie a lo que es un tóxico para que se haga una buena o correcta valoración.

Quien valora bien, tiene buena inteligencia; y, quien valora a las órdenes de una moda o de una estética o de una manipulación-confusión, carece de una equilibrada inteligencia y además lo va (innegablemente) destruyendo todo. Pero se dé cuenta o no, en la borrachera mental que ése tendrá de su mal uso de lo racional o de lo ético. Al fin y al cabo no llega a ser más que un neto ignorante de todo lo que es esencial en la misma inteligencia.

El que sabe valorar, por seguro sabe dignificar, sabe ser justo y sabe no ser un irresponsable. Así es, sabe ser persona, muy sana mentalmente o equilibrada o nunca destructiva para la sociedad. Sabe ser ético y… correcto con lo que le ha tocado vivir. Sabe no desear mala vida a todo lo que vive dignamente.