El respeto no admite otro entretenimiento que no sea amor, o sea, que te entretengas en confundir, en seguir a los que desinforman o confunden, en simpatizar con esos que les quitan espacios sociales a la esencial racionalidad o a la ética, en atender a los que manipulan o faltan a la verdad. 

Sí, el respeto no admite que te entretengas en demandar o en comprar prostitución, productos del mercado que actualmente contaminan, mano de obra infantil, bulos o chismes, desacreditaciones gratuitas, morbosidad más que inútil, mensajes interesados para los niños. maltrato animal, maltrato a la mujer o telebasura.

El respeto de quien aspira a ser una buena persona no admite la carencia de honestidad y de compromiso en la política, tampoco admite esa carencia de transparencia o de decencia en cualquier cargo público, ni tampoco admite esa carencia de ejemplaridad individual que tanto se olvida para que sirva de referente para los niños actuales y del futuro.

El respeto de verdad no está en las apariencias ni en las formas ni en los bonitos papeles que te montas tú o representas en la sociedad, ¡no!, sino más bien en lo que tú haces mover (de lo que es esencial o prioritario) en tu propio ámbito convivencial o social.

El respeto lo das ya sin trampas cuando alimentas muchas esperanzas o facilitas muchas esperanzas en muchísimas cosas que están dignamente también en esta vida; cuando facilitas tolerancia, paciencia, comprensión, paz, solidaridad y hasta empatía por tu parte.

El respeto está contigo cuando ayudas en toda circunstancia a que la mentira no gane, ¡nada más cierto!, cuando ayudas profundamente a la ética en toda circunstancia, cuando ayudas en toda circunstancia a que la racionalidad (o el que la da) no pierda.

El respeto es no descuidar a la Naturaleza, a la calle, al trabajo honrado,  a los hábitos saludables, a la buena cultura, a lo que es de todos, a la educación directa o indirecta, al que pasa hambre, al que aguanta injusticias y al que lucha (a toda decencia y razón) sin conseguir que lo escuchen.

También, el respeto es el permitir que todo progrese contra la ignorancia, contra el inmovilismo o contra la inconsciencia. Sí, porque en cualquier ignorancia no puede desarrollarse un verdadero respeto en responsabilidad.

¡Eso es!, la IGNORANCIA es una antinatura (una cerrazón o un detenerte tú en una caverna); es decir, solo permanece ella si se provoca en ti una cerrazón permanente, un excluirte tú mismo de la realidad, del sentido común o de la razón.

La sociedad también eso te lo puede provocar (el ser ignorante), pero siempre eres solo tú quien lo decides en determinación (reaccionando o no por defender tu propia libertad o dignidad); ¡claro!, tu voluntad sirve para algo:  eres tú quien decide el estar totalmente en manos de la ignorancia.