Confieso no haber visto nunca la serie “Juego de Tronos” y que la única imagen asociada a la Monarquía capaz de llegarme al corazón sería la del ciudadano Felipe de Borbón y Grecia ejerciendo su derecho constitucional al voto en las elecciones a Presidente de la Tercera República Federal Española.
Para más inri mi natural cerril, obtuso y pueblerino (si no existiera el latín completaría la nómina un gentilicio que da en las tertulias de barra de bar el mismo juego para las bromas que las rimas de los números cinco y trece. Gracias a Virgilio y Horacio nos quedamos en “egabrenses”) es incapaz de captar la esencia de estrategias políticas enrevesadas y de diseño, sólo comprende las que están muy, muy claras.
Pongo cara de tonto ante las que se me escapan. Si me hubiesen adobado la infancia con misas y quinarios entendería lo de escribir derecho con renglones torcidos pero el descreimiento y la torpeza en manualidades me lleva a pensar que las letras torcidas no hay dios que las entienda.
Por ello de las estrategias solo comprendo las diáfanas. Entiendo la postura de la Troika al humillar a Grecia: se trataba de dejar claro a tod@s el poder del amo. También las prisas que le ha entrado al PP para dar un golpe -disfrazado de reforma de ley electoral- a la legalidad vigente: en el momento que se le deshilachan las costuras del traje de demócrata que compró en el mercadillo de la Transición exuda el totalitarismo connatural al conservadurismo hispano.
También tiene lógica que personajes tan deleznables como Esperanza Aguirre o la ingente nómina de pseudoperiodistas paniaguados diseñen una estrategia de acoso y derribo en la que hoy difaman a una web de información municipal ( similar a las que existen en instituciones europeas desde hace décadas) porque al poner negro sobre blanco lo que realmente hará el Ayuntamiento, desnuda sus mentiras y mañana se inventan una condena a Venezuela con el aplomo que les da ser herederos del Franquismo o acabar de poner en el ordenamiento jurídico una ley tan dictatorial como la ley Mordaza.
Lo que no asimilo es la sutileza de algunas actuaciones de los míos que buscan la unidad y confluencia metiendo el dedo en el ojo del compañero de lucha. Será porque ese día me salté el capítulo de Barrio Sésamo donde explicaron los términos “amigo/ enemigo” y además hice novillos (“rabona” en la jerga de mi pueblo) en la escuela.
Los pellizcos de monja de la última semana nos ponen en un brete a much@s. Hace un año cuando defendíamos el entendimiento y diálogo entre iguales, la burocracia de Pitufolandia nos convirtió en traidores con coleta. Hoy que defendemos lo mismo, los coletudos nos califican de pitufos gruñones.
Al final no sabremos lo que somos pero si podremos adivinar hacia donde nos precipitamos. A un circo romano en el que vamos a combatir entre los esclavos para que los dueños del Sistema se regocijen y pongan el pulgar hacia abajo mientras arrastran nuestros cadáveres a la trituradora de lo que pudo ser.
En definitiva vamos camino de convertirnos en una panda de idiotas, recuperando en la definición hasta la raíz etimológica (del griego clásico “idiotes”, persona que no se ocupaba de los asuntos públicos, solo de sus intereses privados).
En este juego de estrategias sesudas llevo dándole vueltas a una que ayer me impactó y por más que la miro cambiando el color del cristal no dejo de verla negra. Me refiero a la aceptación que “para cumplir la tradición” hizo, Kichi, flamante alcalde de Cádiz, de la medalla del Nazareno.
Excelente iniciativa para fomentar el Laicismo de las Instituciones. Y muy oportuna. Justo cuando se ha conseguido llevar al Parlamento Europeo la voracidad depredadora de la Iglesia católica con la coartada de las Inmatriculaciones. O cuando los alcaldes gallegos de las Mareas, Zaragoza y Barcelona intentan desbrozar los “aprioris” para deslindar espacio público y creencia privada va el Kichi y se cuelga la medalla.
Aunque puede que todo sea una inteligentísima maniobra no apta para torpes de a pie y que se desvelará en febrero de 2016, cuando al conmemorar el 30 aniversario de la original, una rompedora chirigota, llamada “ Los tontos de capirote 2”, capitaneada por el admirador de Salvochea y Mágico González recite desde el Falla: “ Si te gusta la Navidad eres tonto de nacimiento y tonto de capirote si por abril te gusta el incienso...”.
Incapaz de comprender el movimiento de ajedrez le comenté a un amigo de Podemos la extraña forma de reivindicar el Laicismo (como los sectores ultramontanos de la iglesia hagan lo contrario y promuevan así la campaña “Virginidad hasta el matrimonio” se van a forrar los organizadores de orgías). Me respondió con un lacónico: “El pueblo es el pueblo”.
Desde ayer llevo buscando la cita por si está en los libros de Gramsci. Incluso he consultado a mi queridísimo José Sarrión, que además de parlamentario de IU en las Cortes de Castilla y León es el gran conocedor hispano del pensamiento marxista, de Manuel Sacristán y de nuestro icono italiano. Nada pese a los esfuerzos.
Lo más cerca que he llegado es a verle similitudes con el “iban las cadenas” que gritaba el populacho a Fernando VII. Ellos también eran pueblo.
Si estas dudas que creo mías las compartieran amplios sectores de los movimientos sociales y políticos “antiCasta”, se impone que nos aclaremos. O nos aclararán.
La estrategia puesta en marcha de “toma del poder político” (que no es la “toma del poder real”, esa se daría en la segunda parte de este partido e iría acompañada de “sangre, sudor y lágrimas”) solo se alcanzará desde un proceso colectivo de acumulación de fuerzas. Ningún actor político de nuestro país tiene, hoy por hoy, la posibilidad de hacerlo en solitario.
Tampoco deberíamos olvidar que hay vida tras los procesos electorales. Y en ella seguirán presentes los mismos problemas. Y aunque no seamos capaces de llegar a un acuerdo para concurrir el día D en las mismas listas, si deberíamos coincidir que al menos los puntos programáticos sean los mismos y nos sitúen en el D+1.
Aprendamos por una vez de la Derecha. ¿Qué están haciendo los sectores nacionalistas catalanes? Miremos también a la Izquierda. ¿Cómo iban a dejar escapar la oportunidad que supone “Catalunya si que es Pot”.
Por una vez antes de tirar de “hybris” y provocar situaciones irreversibles saquemos la calculadora y hagamos bien la lista de pros y contras. Metiendo en ella leyes electorales, egos, circunscripciones, rencillas...
Como primer paso, guardar con doble candado en el hospital de mutilados políticos a los talibanes. Que no aparezcan ni para aplaudir.
Para relajar el ambiente ayudaría mucho dejar de mentar las madres.
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