El lunes 9 de noviembre está fijado el juicio contra los compañeros de la Acampada Dignidad encausados por la ocupación del Centro Social Rey Heredia. Y ello pese a que el propietario del edificio, el Ayuntamiento de Córdoba ha retirado la denuncia y tras llegar a un acuerdo con acuerdo los colectivos a los que pertenecen los activistas denunciados ha cedido el uso del inmueble.
Esas “pequeñas minucias” no han logrado atemperar el interés punitivo de una Fiscalía que mantiene las acusaciones. Circunstancia llamativa si miramos el panorama judicial de nuestro país y comparamos esta actuación con la pauta general seguida por la “Democracia hispana” en los gravísimos casos de corrupción política, financiera y empresarial que han asolado España.
Por eso en esta semana vamos a preguntar en voz alta y difundir para que todos escuchen y sepan: ”¿los compañeros que irán el lunes al Juzgado han robado algo, se dejan corromper o corrompen para financiar a sus organizaciones y de paso se enriquecen, desahucian, están implicados en Gürtel, Eres, mordidas del 3-5%... ?”
La respuesta la sabes. Es un NO rotundo. Los enjuiciados son solidarios, paran desahucios, reivindican derechos sociales y laborales y luchan por un nuevo modelo político. Lo único que les podemos recriminar es que están presentes en todas las peleas, en todas las derrotas dignas, lo que de paso les lleva a participar en algunas victorias como la del Rey Heredia.
Aunque todas las personas que van a ser juzgadas tienen una inmensa valía como activistas, por conocimiento personal, ideas comunes y cariño quiero enfocar este escrito como un modesto homenaje reivindicativo a cuatro de ellas, compañeros del Frente Cívico -tres hacen doblete en el Colectivo Prometeo-: los Rafaeles (en el nombre de pila tienen el único “pero”, pronunciarlo en voz alta hace girar la cabeza a buena parte de los varones cordobeses).
Con ellos comparto visión, luchas e intentos de articular resistencias. Son de los que se hacen imprescindibles por su tesón, entrega y capacidad de poner buena cara al desaliento. Es un honor coincidir en la misma trinchera.
El día de la ocupación del Rey Heredia, hace más de dos años y en jornadas sucesivas, fueron identificados por la policía. Cogieron a los diez que se van a sentar en el banquillo como pudieron coger a cuatrocientos, todos participábamos de la misma filosofía e intencionalidad política, todos entramos esa noche en el recinto y centenares nos autoinculpamos.
Aunque conocido, debemos refrescar el delito: convertir un antiguo colegio cerrado, que se estaba dejando caer en la ruina en un centro social con comedor, biblioteca, clases gratis, múltiples actividades... Y de camino impedir, tal como la rumorología señalaba, que se convirtiese en otra pieza cazada por la voracidad eclesiástica en su deseo de consolidar una “Milla Sacra”, museo cofrade incluido, alrededor de la Mezquita. Lo que no podía conseguir el Obispado con las inmatriculaciones salvajes (triunfo de San Rafael y su plaza, la del Pocito de la Fuensanta, la misma Mezquita...), lo haría por la postración y besamanos de la nefasta y clerical gestión municipal del PP cordobés, entonces en el Ayuntamiento.
De ahí la ironía del momento. Pese a que la situación ha dado un vuelco total no es casualidad que se mantenga el juicio. Forma parte del diseño represivo global que tiene su coartada jurídica en la Ley Mordaza. Si analizamos las últimas actuaciones nos faltan dedos para contar las condenas a cárcel para activistas que sólo defienden su dignidad y la de tod@s.
Unas muestras: el compañero Andrés Bódalo, jornalero, militante del SAT, concejal de Jaén en Común, fue condenado hace unos días a tres años y medio de prisión por defender los derechos de los trabajadores. Se suma a las decenas de represaliados del SAT (prisión y/o multas astronómicas) que podemos sintetizar en la persecución que sufre Diego Cañamero. El vallecano Alfon lleva meses en la cárcel. Carmen y Carlos fueron condenados por su participación en la huelga general de marzo del 2012, a cada uno de los ocho sindicalistas de Airbus le piden ocho años de condena...
Y en paralelo, de forma colectiva están sentando en el banquillo a todos los focos de resistencia, a todas las “ comunidades rebeldes” (sigo el término acuñado por mi querido Manolo Cañada) que han florecido en nuestra tierra, desde la sevillana Corrala Utopía a los extremeños Campamentos Dignidad, de la asturiana La Madreña a la cordobesa Acampada Dignidad..
El juicio del día 9, los ya celebrados y los que están por llegar tienen un denominador común: son juicios cargados de intencionalidad política que pretenden -mediante el miedo y la represión - silenciar a quienes desde la protesta pacífica luchan contra la exclusión, la explotación y la miseria vital diseñada por la Oligarquía que cada vez con más descaro reproduce, torciendo leyes y Constituciones vigentes, una sociedad estamental donde los “ no privilegiados” estén al margen de todo derecho para que ella tenga consolidado un “status” jurídico de impunidad.
Por eso el jueves 5 y el lunes 9 estaremos con nuestros compañeros de Córdoba. Y en los juicios venideros contra otros colectivos estaremos con ellos codo a codo denunciando la oleada represiva puesta en marcha por el Poder.
Nos quiere sometidos y nos encontrará rebeldes.
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