No soy el más indicado para escribir unas líneas sobre Rafael Romero “el Guillo” puesto que aunque le conozco como buen aficionado al mundo de la bici desde hace tiempo, sólo he coincidido con él en algunas rutas, menos de las que me hubiese gustado puesto que siempre se aprendía a su lado, y la verdad es que cuando coincidí con él en algunas, siempre me dio buenos consejos. Al igual que él llevo bastantes años vinculado al mundo del pedaleo, muchos fines de semana saliendo por esos caminos de nuestra subbética, jamás me imaginé que ocurriera un hecho tan desgraciado como el del pasado fin de semana, y menos en la persona de Rafael. Bajé el Bailón alguna que otra vez con él, y la verdad es que jamás se me hubiera pasado por la cabeza el que Rafael encontrara en su sendero el final de sus días.
Ya no van a ser igual las salidas durante los fines de semana. Hoy domingo 17 de febrero, hemos guardado un emotivo minuto de silencio en recuerdo suyo, y la verdad es que se cortaba el silencio, lo cual dice mucho a favor del grupo MTB de Cabra, grupo que dicho sea de paso ha estado a la altura de las circunstancias y ha demostrado la categoría personal de sus componentes. Llevo relativamente poco tiempo saliendo con esta peña, pero es como si hubiera estado toda la vida con ellos, gente solidaria con el que se queda atrás, dispuestos en todo momento en ayudar al que tiene algún problema, ya sea mecánico o físico, así da gusto salir . Esa era la filosofía que Rafael, enseñaba dentro del grupo valores de compañerismo.
Son valores que sirven realmente para el día a día, por eso quiero resaltar las cualidades que Rafael ha implementado en el mundo de la bicicleta, ese es su legado, y su memoria quedará ahí.
También recordar las palabras que me dijo en la vía verde, de vuelta de alguna ruta: “Oye cuando creas que tienes que echar el pie a tierra no lo dudes”, él sabía bien lo que se decía, aunque ese fatídico domingo no se aplicó el cuento. Dominaba como nadie el descenso pero ese día se aliaron todos los malos augurios contra él para darse el fatal desenlace. Murió disfrutando de lo que más le gustaba en esta vida, inculcó a los más pequeños el amor por el deporte de la bicicleta .
Estaremos eternamente en deuda con Rafael, por lo que ha supuesto a nivel local para el deporte de la bicicleta en Cabra. Recogemos tu testigo e intentaremos seguir tus pasos para que no decaiga y que allá donde estés, veas que tu esfuerzo no fue en vano. Esperamos que te recompensemos de algún modo.
Hasta siempre Rafael, te llevaremos eternamente con nosotros.
Valentín Cuevas
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