Después del asesinato en la noche del pasado viernes de Borís Nemtsov, líder opositor y mayor crítico contra la corrupción gubernamental rusa, su acérrimo e irreconciliable enemigo, el cleptócrata presidente Putin, manifestó que el cruel asesinato tiene todos los indicios de haber sido un encargo. Fue el primero en identificarlo como tal, y así jugar a favor con la noble tendencia a pensar que el que denuncia no puede ser el culpable.
A bote pronto me hace recordar una de las sofisticadas argucias de la Mafia: el ordenante de un asesinato solía ser el primero en dar el pésame a la familia del finado, e incluso ocupar un puesto de primera fila en su funeral. Apresurándose a ello, se desviaba la mirada hacia cualquier otro.
Conociendo que los asesinos se le acercaron en coche y le descerrajaron hasta seis balazos por la espalda mientras paseaba por las calles de Moscú, junto al vigilando Kremlin, lo de suponer un asesinato no es de lumbreras; pero seguro que el pueblo de Rusia agradece a su presidente que le indique dónde debe fijar su atención, y de paso de dónde debe apartarla.
Y Putin no está solo en esta labor. El antiguo pueblo eslavo también tiene otras linternas que dan luz y ayudan a enfocar.
Así, Mijaíl Gorbachov, último presidente de la URSS y abierto defensor de las políticas de Putin, opina que el asesinato es un intento de desestabilizar a Rusia. Gennadi Ziugánov, líder de partido comunista, lo califica como una provocación —uno casi diría que es ante todo un asesinato, pero no, él reduce el acto a lo que de provocación tuviera…—. En su defensa, hay que tenerle en cuenta que es difícil abstraerse de tantos años de tradición comunista-estalinista en el sutil y perfeccionado arte de adoctrinar masas.
Bueno, gracias a todo ello sabemos ya que el crimen no fue tanto contra Nemtsov como contra la gran patria rusa.
Para finalizar con las funestas manifestaciones de hoy, fuentes gubernamentales de Rusia nos apuntan a que quienes han asesinado a Nemtsov no son más que los enemigos de Putin.
En fin, que podemos establecer la siguiente lógica: ¡los enemigos de Vladímir Vladímirovich Putin han asesinado a uno de sus más hostiles oponentes! Se sobreentiende que ¡para hacerle así daño al presidente?... ¡Que sufra Putin!; me veo a los asesinos afirmando con gran regusto tras el crimen.
Pobre Putin.
De paso, la marcha de la primavera contra la guerra en Ucrania convocada para el día 1 de marzo en Moscú por la oposición, de la que Nemtsov era uno de los principales organizadores, y en la que alguno de los lemas que la sostenían eran: «Putin es la guerra, Putin es la crisis, Despierta, país», y: «Los que estén en contra de la guerra de Rusia con Ucrania, los que estén a favor de que cese la agresión de Putin, vengan a la marcha de la Primavera el 1 de marzo»; pues fue suspendida. Sin duda que todos podemos imaginar a Putin apesadumbrado por este inesperado contratiempo.
En la obra ‘Medea’, de Séneca, se apuntaba: «cui prodest scelus, is fecit» (aquel a quien aprovecha el crimen es quien lo ha cometido). Es este caso, se nos es lícito suponer que el máximo beneficiado de la desaparición de Nemtsov es Putin. No es por pensar mal, no; es mayormente porque el propio asesinado, en entrevista realizada el pasado 10 de febrero, afirmó textual y explícitamente: «Temo que Putin me mate». Por eso y por antecedentes similares como el de Anna Politkóvskaya, Borís Berezovski, Aleksandr Litvinenko, Maksharip Aushev, Anastasia Baburova, Yuri Shchekochikhin, Natalya Estemirova, Malik Akhmedilov, Aleksei Devotchenko y otras decenas de opositores y periodistas asesinados durante su mandato. Y es así que uno tienda involuntariamente a pensarlo.
En obvio que en la actual Rusia no hemos de atender ni a Séneca, ni a Cicerón ni al cónsul Lucio Casio Longino Ravilla, que afirmaron lo mismo antes que el primero. Ni al sentido común tampoco. La propaganda rusa nos revela que aquel que más se beneficia del repentino asesinato de su mayor enemigo no es quien supuestamente lo pudiera haber ordenado, no; sino que es justamente la verdadera víctima del mismo.
A estas alturas, a la gran mayoría de los rusos les debe quedar claro que los asesinos de Nemtsov querían en realidad acabar con Putin, pero que, al no poder hacerlo, decidieron asesinar a su enemigo más discrepante. Ya sólo les falta aprehender que la provocación está orquestada desde Occidente y que los criminales son también activistas contrarios a su presidente. Yo presiento que esto sucederá muy pronto.
La trama podría ser calificada de esperpéntica y grotesca; e incluso irrisoria, si no fuera porque se ha arrebatado con infamia una vida; además, vivida con coraje, valentía, honradez y coherencia.
Pobres rusos.
Comentarios
Putin es un canalla pero de
Putin es un canalla pero de tonto no tiene un pelo ni es tan primitivo. El no juega a los juegos ¨románticos¨ de mafia. Todo es mucho peor en Rusia de hoy. La oposición es muy débil y no representa ningún peligro para él. Nemtsov, con todo el respeto, tampoco lo representaba. ¿Quiénes son los opositores de Putín? En su gran mayoría son intelectuales que en los tiempos de gobernar Yeltsin tenían intención y posibilidades pero al final no supieron llevar al país por el camino de reformas eficaces. Y Putín empezó su carrera en KGB. En la lucha eterna de los intelectuales y "KGB" - se le pongan el nombre que se le pongan- tradicionalmente gana la última. Porque utiliza con éxito tanto armas físicas como armas mentales que es una propoganda de 24 horas realizada al nivel máximo de profesionalismo. No creo que Putin diera una orden directa de asesinarlo, porque es cierto que un opositor muerto le perjudica, dadas las circunstancias presentes, más que un opositor vivo. A Nemtsov lo mató el ambiente de odio, xenofobia, militarismo, agresión que fomenta Putin en el país. Hablando en estos términos - sí, a Nemtsov lo mató Putin. Igual que Stalin sólo al principio de las represalias daba ordenes directas, y luego, con el transcurso de tiempo, a los enemigos de pueblo los mataba el sistema. Los mataba el pueblo. Lo mismo ocurrió en Alemania nazi, lo mismo pasa ahora en otros sitios del mundo. Matar es de humanos, y en esto se basa cualquier dictadura existida y existente. Es sólo la cuestión de darles el permiso haciendo el asesinato de los que te caen mal, por una razón u otra, una norma.
Respuesta a comentario
La hipótesis que plantea también es probable, qué duda cabe. Numerosos analistas la han venido proponiendo estos días.
En modo alguno sospecho que Putin tenga un pelo de tonto, ni por supuesto que sea primitivo; tampoco un mafioso: es mucho más. Al contrario, el asesinato de Nemtsov es una «obra de arte» de la sofisticación, con una excusa perfecta que se genera por sí misma: no lo hizo porque no le convenía. Una versión novedosa pero que no deja de ser un subterfugio. Porque sí que le conviene.
Creo que es falso. Un montaje. Ha sido, a mi juicio, una sopesada y bien estudiada forma de eliminar a otro opositor, porque pienso que Putin quiere acabar con toda oposición: literalmente: y pronto. Los rusos hacen las cosas así, de forma expeditiva. Ser ríen de los dirigentes europeos, a quienes le suponen debilidades que literalmente asocian con la homosexualidad.
Todos sabemos que se está alimentando desde Occidente una sublevación interior en Rusia; pero sin líderes que la dirijan no habrá un «Maidán ruso». ¡Y no lo habrá! El gran error de Occidente es precisamente aquél: que ha venido minusvalorando al vil autocráta y ya parece tarde.
Sobre otro mucho de lo que dice pienso que Vd. tiene razón.
Gracias por de leer el artículo y por opinar.
Lo de sublevación interior en
Lo de sublevación interior en Rusia. Hay que tener en cuenta que Rusia ya había vivido sus "Maidanes": el del año 1991 y el del 1993, y los resultados no eran los que el pueblo esperaba. El único gobernante ruso de los tiempos nuevos que ha dado al pueblo una relativa estabilidad es Putin, y es totalmente explicable que el pueblo lo aprecia. Hay que ser un individuo superdesarrollado para preocuparse por los derechos de LGBT, guerra en Ucrania o asesinato de Nemtsov más que por su propio pan de cada día. No creo que una sublevación interior mejoraría las cosas, porque como ya he mencionado, la oposición en Rusia es muy débil lo que significa que volvería a hundir al país en un cáos parecido al de los años 90. Además, esta parte de Rusia que es "superdesarrolada" ven el ejemplo de Ucrania. Es evidente que Maidan no cambió nada. Un clan oligárquico ha reemplazado al otro - éste es el resultado. De momento todo se desarolla según esquema aprobado por la historia más de una vez: revolución (aunque lo de Ucrania ha sido más bien un golpe de estado)-intervención - terror. En cuanto se termine la guerra empezarán con la búsqueda de enemigos interiores. Y si en Rusia supuestamente existe una "oposición", en Ucrania no la hay - sólo esquemas de un negocio sucio e interminables "acuerdos"entre unos oligarcas y otros. Tanto Rusia como Ucrania son herederas mentales de la URSS - tienden a la unanimidad, ponen a las víctimas el nombre de "héroes", se excitan con símbolos nacionales, desprecian el individualismo, y, como consecuencia, fomentan nacionalismo y así llamadas valores tradicionales.
Es curioso que no se mencione en los medios europeos un hecho importante. La misma noche de asesinato de Nemtsov en Moscú, en Kiev "se suicidó" Chechetov (Ucrania cuenta con unos cuantos "suicidios" de los políticos) representante del Partido de las regiones, y por tanto, de esta "oposición" irrisoria ucraniana... ¿No es una ironía diabólica?
Añadir nuevo comentario