Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

La careta

Pedro Sánchez se ha quitado definitivamente la careta.

Aquellos a los que no nos gusta, amén de su actividad política, con aciertos en algunos temas, lo que menos nos gusta de él, es él, su forma y manera de actuar y hacer las cosas.

Los tics autocráticos en la toma de decisiones, van acumulándose, y a día de hoy muy pocos discuten en el comité federal sus opiniones, más allá del derecho al pataleo y algún que otro titular de prensa. Es su personalidad, su arrolladora manera de presentarse siempre como el mejor, el único el que nos puede salvar de la derecha-ultraderecha (pack común a día de hoy), cuando la doctrina liberal-conservadora es la que más prosperidad ha traído a la Europa Occidental en el último siglo.

La socialdemocracia, ideología consolidada y dueña de éxitos sociales indiscutibles, sobre todo en el entorno de los países nórdicos, con sus valores de solidaridad, igualdad y políticas de protección social, palidece ante la mano de Sánchez que la manosea para sus intereses y mancilla lo hecho otrora por el PSOE, a fecha de hoy el partido político mas antiguo de España. Las voces de Page, Lamban y algún otro, solo quedan en el entorno de la originalidad y de la discrepancia consentida al “amado líder” al cual no se le discute nada.

Dos recientes decisiones confirman lo que digo.

El espectáculo aeronáutico, de nuevo, con Venezuela y la traída a España en un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas, de Edmundo González Romero, quitando de enmedio a Maduro un problema y confirmando, por si hacía falta, el papel vital de Zapatero en la Dictadura Bolivariana, es digno de estudio. Alguien se cree que es una labor humanitaria ??  Humanamente el hecho es plausible. Si González hubiera permanecido en Venezuela su seguridad y la de su familia hubieran corrido serio peligro. Pero porqué, al hilo de lo dicho, el Gobierno español no condena definitivamente a Maduro y proclama a González como ganador de los pasados comicios de Julio, con todo lo que sabemos de las actas electorales a día de hoy. Todo es un trampantojo, como los muchos de Sánchez.

Y al final, lo más grave. No se sabe si herido en su orgullo o por un desliz, Sánchez ha proclamado que gobernará, si hace falta, prescindiendo del poder legislativo, es decir el Parlamento, a golpe de Decreto Ley, rumbo por cierto tomado hace ya tiempo, pero ahora parece que de carácter único.
La fragilidad de su mayoría parlamentaria es tan evidente (no se puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo), que su horizonte otoñal, aparece sombrío, muy sombrío en el horizonte.

Lejos de acobardarse, Sánchez tomó la iniciativa, una vez más y lanza esta proclama, la cual no necesita análisis. Su gravedad como elemento para prescindir de todo mecanismo democrático es tan palmaria, que se define por sí misma.

Atentos habrá que estar a las próximas semanas, pues aparecen como nunca en los últimos 40 años, nubarrones que ensombrecen un régimen, democrático, que la gran mayoría de los ciudadanos nos dimos en la Constitución del 1978.

La Dictadura la dejamos atrás en ese momento. O al menos, eso pensábamos la mayoría.