Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Celebrando la poesía

Recientemente vino hasta Cabra la poeta Ana Vega Burgos (Villafranca de Córdoba, 1965) a presentarnos a las mujeres egabrenses su poemario “La geisha despintada”, premiado en 2022 con el “In memorian Salvador Rueda”, y nos mostró cómo desde y con la poesía es posible el empoderamiento feminista, transitar desde el sueño de un amor romántico hasta la necesidad real del amor propio.

“Estos versos perdidos de algún viejo poema/me florecen de pronto como el olmo del Duero./ Ya me sobra ese amor/ y aquellas lágrimas”

Yo ya había descubierto la poesía de Ana a través de las redes sociales, me gusta indagar sobre este género literario porque siempre me ha parecido el más difícil, es complicado que con unas pocas palabras nos llegue un mensaje más allá del simple significado de las mismas, eso es un poema, una manera de decir que te llega adentro, que te insinúa, te señala emociones, sentimientos, descubre conceptos nuevos, te deslumbra, sientes al leerlo cómo una ráfaga de luz y conocimiento, de comprensión incluso. Y los versos de Ana, me tocan especialmente.

“Cuando la herida / va volviéndose azul, cicatrizando/ hasta blanquear la piel que nace nueva,/ el herido la mira,/ y busca, y escudriña: nada queda./ Pero todo está dentro“

Con poesía celebro estos días especiales de conmemoración del libro, y éste sobre el que escribo lleva el subtitulo de “Dialogo al filo del naufragio”, y como casi siempre, titulo y subtitulo ayudan a descubrir lo que quieren transmitirnos los poemas: hay un dialogo entre una mujer que ya nada espera del amor de su príncipe azul, excepto el naufragio, por lo que necesita asirse para salvarse a su propia esencia,

”Si el tiempo retornara, como el agua/golpea la costa con la misma fuerza,/las mismas gotas, las espumas blancas…/Si regresara lo que ya es pasado,/ ¡que de sabor a polvo y a cenizas,/que envenenado afán, que desengaño…!”

y un hombre que no termina de creerse que acaba su dominio, su papel de rescatador, y que sus mentiras, o la constatación de la realidad de que no es oro cuanto relucía, provocan una inundación de lluvia y lágrimas que despintan el rostro de su geisha, la desenmascara hasta descubrirse fuerte y completa.

“Te amaré desde mí/ hasta aquel que fui un día,/el que soy,/el que jamás volveré a ser ya nunca,/el que verás nacer / e ir forjándose a fuego en tu cintura.”

Estamos ante un libro de poemas de amor, escritos desde el desamor, que actúa como preciso bisturí que disecciona delicadamente el corazón, el de quien escribe y el de quienes leemos.

“Tu amor ha sido amor indolente de abeja/que clava su aguijón dentro del pecho/ y, aun después de morir, se queda dentro,/ enconado el veneno, sin olvido/ y escapatoria. Amor que nunca ha sido,/ y será para siempre punzada en el recuerdo.”

Pero sobre todo es un libro que habla de alguien que ha despertado, que toma las riendas de su vida, que construye a pesar de los adioses, que pasa página.

“Hoy un desconocido, de lejos, me ha besado/ con ojos de agua viva, fuente, acequia./En mi vientre/danza un enjambre/de/mariposas despiertas.”

En fin, que recomendaría a todo el mundo, en fechas tan señaladas y propicias a la lectura, que se acercase a la poesía en general, y a esta poeta en particular, porque es directa, emocionante, te obliga a realizarte preguntas y a redescubrirte.

Salud y buena literatura.