A veces las cosas son como son, a pesar de que resulten curiosas o sorprendentes; incluso aquellas que nos desorientan y rompen nuestros esquemas programáticos de lo que debe ser la vida social y cultural. Pero nunca debemos sorprendernos ante nada, y aunque podamos decir que la sorpresa es la capacidad que tenemos los humanos ante algo inesperado o que no suele ser habitual, hoy en día la mayoría de nuestros políticos se están encargando de que la sorpresa sea algo desagradable y carezca del más mínimo encanto (y me refiero a todo lo relacionado con la crisis).

Esta pequeña introducción viene a cuento del fallo de los premios Ondas en su 59 edición, que nos ha traído la grata y excelente noticia (sorpresa podemos decir) de que el programa “Carne Cruda” de RNE Radio 3, presentado y dirigido por Javier Gallego, ha obtenido el premio Ondas 2012 como mejor programa de radio. Y nos congratulamos enormemente porque Javier Gallego fue quien protagonizó la puesta de largo en Madrid de la nueva editorial independiente “Bandaàparte”, un proyecto que lucha por abrirse camino en el difícil mundo de la cultura apostando por autores que se mueven en el ámbito más alternativo.  “Bandaàparte” surge al sur de Córdoba, en el mismo corazón de Andalucía, y es fruto de la inquietud de tres jóvenes emprendedores (dos de Cabra y uno de Lucena) vinculados al mundo del libro, del audiovisual y de la empresa. Javier Gallego (como maestro de ceremonias), junto a Santi Campos, Raúl Bernal, Santiago Alcanda y Guille Galván se encargaron, en el madrileño Café Molar de la capital de España, de poner emoción e ilusión a un proyecto que ha iniciado sus primeros pasos sabiendo que el camino será arduo, pero con el convencimiento de que aún hay esperanza.

El programa premiado con el Ondas, presentado y dirigido por Javier Gallego y titulado “Carne Cruda”, es un programa, según sus objetivos, sobre “las músicas, artistas, creadores, escritores y activistas sociales más rupturistas, a los que queremos hacer accesibles, inteligibles, amenos e incluso, divertidos. Porque la contracultura no tiene por qué ser un ladrillo. Puede ser tierna como una chuleta. Y además... la subcultura, la c

ultura basura, el frikismo y la cultura popular más bizarra. Y también... los raros, los marginales, los marginados, los provocadores, los malditos, la gente de la noche, la gente que vive en la calle, la que vive fuera de norma, los locos, los invisibles… Y más aún… los pensadores, científicos, aventureros, vividores, viajeros, personajes que tienen algo que contar, una historia singular, una experiencia insólita, una vida fuera de norma”. Unos contenidos, que resumidos, Crudo lo define así: “La serie Z de la realidad social. La cultura que no es Cultura. La realidad más cruda”. En su blog nos dicen que es una carnicería radiofónica en las que hacen picadillo la realidad social, en la que sacan los higadillos a la cultura y abren en canal a los personajes más “rarunos” para servirlos frescos, sangrantes y con las tripas fuera. Demasiadas cosas para los nuevos cambios políticos que corren en la radio pública.

Este premio, que ha venido a reconocer una labor profesional en toda regla, tuvo su castigo el pasado agosto. El espacio dedicado a las manifestaciones culturales más rupturistas fue retirado por la nueva dirección de RNE, y eso que aceptaron una rebaja del 20% de los sueldos. Tampoco sirvió para su cierre la duplicidad de la audiencia. Los motivos quedaron claros con las declaraciones de uno de los “mandamases”: “No era por motivos políticos”.  De ahí que Javier Gallego, utilizando una locución latina de origen medieval, manifestara: “Excusatio non petita, acussatio manifesta”. Es decir, que todo el que se disculpa de una falta sin que nadie le haya pedido disculpas se está señalando él mismo como el verdadero autor de la falta: Quien se excusa, se acusa, o Disculpa no pedida, culpa manifiesta. A la vista cronológica de estos acontecimientos debería haber titulado el artículo “Castigo y Premio”, pero he preferido poner en primer lugar lo positivo. Los méritos son los méritos, aunque esto de la cultura en libertad escueza mucho a algunos demócratas.

Antonio Súarez Cabello