Me permito recordar en esta primera línea que en este artículo se recogen las afirmaciones y conclusiones que se dieron en la mesa redonda sobre revistas literarias celebrada en Lucena el pasado 7 de octubre. Le animo a leer la primera parte de este artículo para completar la información de lo aportado aquí.

Al preguntar por las ventajas e inconvenientes del papel y lo digital, los participantes respondieron lo siguiente:

Saigón

Sensi Budia apuntó que no todo el mundo tiene Internet para hacerse con una publicación digital, aunque esta tenga la ventaja de emplear multimedia, lo que puede ser útil para personas sordas o ciegas. Sobre lo digital también señaló su aspecto efímero, además de que siempre la maquetación se hace de forma digital.

En cambio, señaló varias ventajas del papel: desde el placer de olisquear el impreso o el cuidado de la salud (es mejor para la vista) hasta que lo impreso suele tener más calidad. Como inconveniente principal del papel refirió los costes.

Groenlandia

Ana Patricia Moya respaldó lo aportado por Sensi Budia y añadió que lo digital ofrece más posibilidades de que una obra se publique, así como que no hay límite de páginas (salvo que el que se quiera colocar) y que resulta más económico.

Aldaba

Por su parte, Agustín Pérez comenzó afirmando que «papel y digital son complementarios», aunque lo digital llegue a más sitios y, por lo tanto, logre mayor difusión.

Coincidió con Sensi Budia en que el principal inconveniente del papel es el coste, al que añadió otro: el compromiso que se adquiere con alguien de publicar su texto para darle una oportunidad, a veces, sin la calidad suficiente, pero que resulta una recompensa por el esfuerzo en mejorar. Continuó su exposición con la declaración de que el papel es eternidad, de que puede distribuirse físicamente en bibliotecas y centros de enseñanza y del placer que resulta llevársela a la cama para una lectura antes de dormir.

La ballesta de papel

Por último, Luis Ángel Ruiz habló de la encrucijada cultural representada por los dos formatos, que tiene su lado social y económico; en especial, sobre la limitación de este último aspecto que hace una depuración. No obstante, cree que ambos modelos pueden convivir y concluyó con un símil entre la rapidez de lo actual (la hiperactividad de la máquina de lo digital) frente al reposo del papel.

En el turno de expresión libre de los miembros de la mesa redonda, tomó primero la palabra Luis Ángel Ruiz para preguntar cuántas voces de poetas vivirían sin revistas, con la conclusión general de que la mayoría no tendría voz. También comentó que recientemente había salido una encuesta sobre la elección del papel sobre lo digital para la lectura. A esto, Agustín Pérez señaló que las grandes editoriales y grandes empresas de capital se empeñan en que desaparezca el papel, con el fin de sacar más beneficio económico mediante lo digital, pues eliminarían fundamentalmente costes de impresión y distribución.

«¿Empezarías de nuevo con esta historia?». Esta es la pregunta que lanzó Agustín Pérez al resto de participantes para terminar con la mesa redonda. Estoy seguro de que usted, quien está leyendo este artículo en este momento, habrá adivinado la respuesta.