Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Lo que le hacía falta a Cabra era un rey...

En esta semana en la que las noticias de la fiesta madrileña del colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales ha inundado la portada de todos los periódicos nacionales, televisiones, redes sociales y sobre todo a la capital de España, que en algunos barrios no sólo se hablaba de las noticias, sino que las vivían como germen de las mismas, hemos sentido desde fuera que de alguna manera era la gran fiesta de la igualdad.

Pero hablar de igualdad es algo muy complicado, más bien complejo, y tratar el tema en las pocas palabras que te permite un artículo quizás resulte temerario. Por eso no voy a extenderme mucho a pesar de que, un día más, otra mujer ha muerto a manos de su maltratador. Y ya van 30 en este año. Y digo “a pesar de” porque hablar de igualdad es que se ha convertido en algo muy necesario.

En nuestra ciudad hay personas que podrían escribir de este asunto con muchísima más entidad que yo, sin lugar a dudas, sobre todo dos que no residen habitualmente en nuestro pueblo, aunque nos visitan frecuentemente, me refiero a Carmen Calvo y a Octavio Salazar. La primera ha sido nombrada recientemente miembro de la ejecutiva de Pedro Sánchez para llevar los asuntos de igualdad, y el segundo es sobradamente conocido por haber publicado varios libros sobre este tema y ser un reconocido estandarte en el asunto a un nivel que supera, incluso, las murallas cordobesas.

Siendo muy sucinto siempre he entendido por igualdad de género el que no se crea, ni se nombre, ni se entienda, ni se presuponga que una persona es superior a otra simplemente por pertenecer a un género o a otro. Porque para mí la igualdad debe darse en los factores sociales en los que convivimos, es decir, debemos ser iguales ante la Ley, iguales en oportunidades, iguales en reconocimiento social, pero cada persona luego es singular, diferente a otra, ya sean dos personas del género masculino, dos del femenino, o cada una de uno, o uno homosexual y otro bisexual, qué más me da, cada uno será él o ella distinto al resto. Por lo tanto, cuando se hable de igualdad no vale decir eso de que un hombre es igual a una mujer, eso tan falso como que Trump y Maduro son hermanos. Tendríamos que añadir que son iguales ante la Ley, o deberían, iguales en oportunidades, o deberían, iguales en su reconocimiento social, o deberían, pero fuera de ahí bendito sea el cielo que los ha hecho distintos.

Pensando de esta manera, no me gusta hablar de hombres y mujeres, ni de gais ni de lesbianas, cuando me refiero a alguien para hablar de él o ella como persona. Efectivamente ahí está mi caballo de batalla, debemos pensar en que somos personas ante todo, y como tales tener los mismos derechos y oportunidades, nos confundimos en encasillar demasiado y es en ese instante cuando empiezan los problemas. Nadie duda que a lo largo de la historia ha habido personas que han estado por debajo de otras, hombres por encima de mujeres o de homosexuales y lesbianas, blancos sobre negros, fuertes sobre discapacitados. Esto es tan claro como obvio. Es normal que esas personas que han estado humilladas se levanten para pedir igualdad. Igualdad es lo justo. Igualdad sería Justicia.

Hoy ha salido a la palestra de los mentideros de Cabra algo sorprendente, no que el yacimiento de La Beleña sea único en España, eso nos interesa a cuatro raros, sino que desde la Delegación de Fiestas se vaya a nombrar al Rey de las fiestas de septiembre por primera vez. Evidentemente me parece algo paradójico, no sé si quien ha decidido tan innovadora idea lo ha hecho en aras a la igualdad porque de ser así creo que no ha acertado lo más mínimo. La figura florero de las reinas de las fiestas y sus damas de honor era algo que deberíamos tener ya superado a estas alturas del partido, esa es mi apuesta. Pero no, que va, aquí se nombran hasta en la mayoría de las fiestas de barrio.

Ningún político se ha atrevido a terminar con ello, supongo que alegando que entra dentro de nuestras tradiciones, y todos se han paseado del brazo de una reina o una dama en los distintos cortejos de las fiestas correspondientes. Cuando el día 3 hacen el recorrido por el Paseo siempre he pensado que esa escena bien podía formar parte de una de las historias de un libro del decimonónico Valera. Es algo que en nuestra era, con tanta globalización, resulta anacrónico. Basta ver cómo los certámenes de mises, a los que se unieron los mister, están en un declive galopante, tanto que dudo que cualquier lector sepa el nombre de la actual miss España.

Pues tradición no se puede alegar en la feliz idea de nombrar al Rey de Cabra, así que será en aras de la igualdad. Y ya la hemos liado, aquí volvemos con la igualdad. Vamos a ver, como no se atreven a suprimir lo de la reina pues lo arreglan con el rey, lo que no sé es si el rey lleva corte o le sirve la de la reina, es decir la corte femenina de la reina. Sinceramente no lo entiendo, siento decir, y que me critiquen cuanto quieran, que así no se trabaja la igualdad, esto es una catetada en toda regla, esto es una idea párvula, porque además no representa a todos ya que faltan los gais, las lesbianas, los transexuales y los bisexuales que también demandarán su Rey o su Reina de las fiestas. ¿Cuántas carrozas van a tener que hacer? ¿Con tanta realeza qué se dirá desde el Ateneo republicano? ¿Quiénes compondrán el jurado para elegir a sus majestades? Esto último lo pregunto porque no sé si habrá paridad en el mismo…

Hace bastantes años, la terna para representar a los Reyes magos de oriente fueron tres mujeres, a mí eso no me pareció mal, ¿y por qué no iban a serlo, es que no saben tirar caramelos las mujeres? No debieron hacerlo bien, deduzco, porque nunca más una mujer ha vuelto a vestirse de rey mago en la Cabalgata de Cabra. Esos visos de igualdad se apagaron tristemente no sé debido a qué ni a quién, porque sólo son personas disfrazadas que dan vida a unos hombres para representar una historia que encandila a los niños. Personas hacen falta, debería de dar igual el género, pero… Eso sí, el primer Rey de las fiestas de Cabra lo mínimo que se merece es ser coronado con una corona del Burguer King y que se la imponga el concejal de Fiestas, que está claro que no lo es de igualdad.

Pd- me encantaría saber qué piensan de la nueva idea del PP de Cabra tanto Carmen Calvo como Octavio Salazar. Y que conste que por pueril la noticia me importa muy poco.