No sé si a estas alturas sorprende ya casi cualquier cosa que ocurra en el seno del Lucena CF, pero lo que está claro es que la noticia que saltaba ayer en varios medios de comunicación locales y provinciales, si alguien creía que arrojaba luz, parece que pocas horas después llega, una vez más, cargada de sombras.
Es cierto que, con la situación actual del Lucena CF, el hecho de que alguien decida arrimar el hombro, sea quien sea, siempre es positivo. La gestión del club en los últimos meses no ha podido ser peor, con varios amagos de desaparición, y la llegada de Juan Ramón Osuna, un constructor de Moriles que se define como “polifacético” según palabras textuales suyas en una entrevista concedida a Radio Lucena, hacía saltar una sonrisa a la afición aracelitana, pero del transcurso de esa entrevista sale que esto parece más un “quítate tú para ponerme yo” que realmente una solución a los problemas que atraviesa el club.
La voluntad de Juan Ramón Osuna, según él mismo ha dicho, es la de “colaborar en todo lo posible para que el Lucena se salve”, pero al mismo tiempo ha declarado que no viene “a poner un duro ni a asumir ninguna deuda”. Tanto es así, que parece que su misión será la de asumir el papel que jugaba hasta ahora Javier Martí en este sentido, ya que asegura que Eduardo Bouzón, con el que le une una buena amistad, le ha asegurado que los algo más de 300.000€ que el club debe a la Seguridad Social van por cuenta suya, pero… ¿cómo va asumir Bouzón dicha cantidad si los jugadores están teniendo que buscarse la vida por su cuenta para desplazarse a los partidos y para pagar los arbitrajes, entre otras muchas cosas?
A día de hoy, el Lucena CF necesita mucha voluntad por parte de todo el que quiera ayudar, pero lo que realmente necesita es dinero contante y sonante, como por ejemplo, y sin ir más lejos, los 7.000€ que debe pagar para poder inscribir jugadores, algo imprescindible para seguir compitiendo a partir de Enero en el duelo que le medirá en casa ante el Guadalcacín.
Fíjense si estará mal la situación, que Rafael Carrillo ‘Falete’, que decidió subirse al carro de un equipo que le ha dado sus mayores éxitos como entrenador viendo la situación en la que estaba, ya ha anunciado también que no asegura que siga en el Lucena CF ni siquiera con la llegada de Juan Ramón Osuna. Para el entrenador cordobés, todo lo que no sea abonar esos 7.000€ para poder fichar al menos a cuatro o cinco jugadores, supondrá su marcha casi inmediata del equipo.
Más sombras que luces por tanto en el Lucena CF, cuya estrategia parece ser la de “retirar de la circulación” a Javier Martí y poner en su sitio a una persona que adquiera el compromiso de buscar empresarios que apoyen al club y de conseguir que la afición vuelva a apoyar al equipo, algo que se antoja harto difícil en el segundo de los casos viendo que ha sido el Ciudad de Lucena el equipo por el que los lucentinos han apostado para el futuro más inmediato del fútbol local.