Desde hace algún tiempo, puede que sean años, me encuentro por las redes sociales y en la misma Internet con un listado de palabras que, bajo el anuncio de la que «la lengua castellana es machista», refiere una serie de palabras en masculino y en femenino con sus significados, en los que llama la atención los rasgos insultantes, o presuntamente machistas, de las acepciones femeninas. En ella hay verdad, pero también hay correlaciones que son inexactas, como denominar «perro» únicamente como «mejor amigo del hombre» olvidando que también significa «persona despreciable» a modo de insulto, o que «perra» únicamente haya de ser considerado «puta», sin tener en cuenta que también las perras son las mejores amigas del ser humano (yo tengo tres, y «estas pobres almas mudas», que dijera Pérez de Ayala, son amigas mías, ¿o por ser hembras estos animales no pueden serlo?); o atribuir a la palabra «atrevida» los significados de «insolente, mal educada», acepciones que no recoge ningún diccionario consultado (apunto que el Diccionario de uso del español de María Moliner indica que significa «insolente» cuando se aplica a cosas, acciones o palabras, no a personas, no a mujeres). Me atrevo a afirmar que la mujer u hombre que hizo estos añadidos sí que es machista, porque ha asignado a «atrevida» y otras palabras unos significados que no corresponden con la verdad, sino con su pensamiento. Esto mismo ocurre con la siguiente pareja de palabras que expresa literalmente así: «héroe: ídolo» y «heroína: droga».
«Heroína» es una palabra que significa lo mismo que «héroe», las dos proceden del latín heros, -ōis, y este del griego ἥρως hḗrōs (la forma femenina, del gr. ἡρωΐνη hērōḯnē) y no significa «droga» en este caso, sino, entre los significados posibles, «persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes». Hay muchas heroínas de ficción y en la vida real, y deberían sentirse orgullosas de denominarse así.
Sé que están pensando que la heroína también es una droga. Por supuesto, pero esa «heroína» procede del francés héroïne. Estamos hablando de palabras, esto es, de orígenes, de cosas distintas. No se toma «heroína» como palabra denigratoria de «héroe», sino que procede del francés y guarda similitud con otras como «morfina» (que también procede del francés), cocaína o cafeína. Son dos palabras de orígenes distintos para expresar dos realidades distintas.
Y es que, como en más de una ocasión he expresado, se necesitan personas filólogas, mujeres y hombres que hablen con conocimiento y que no inventen ni empleen sandeces ni absurdos para demostrar que la lengua es machista, o no. Es el caso del uso de palabras como «miembra» o «portavoza», que únicamente muestran la ignorancia ante lo que encierra nuestro bellísimo idioma, que es muy flexivo y se adapta insólitamente a los tiempos. Yo creo que el castellano es un tanto machista, pero para que cada vez lo sea menos tenemos que asimilar que no es la solución que haya palabras escritas con «x» o acabadas en -a como muestra de igualdad; sino que, como casi todas las lenguas, se base en los principios de uso y economía. Así pasó con «jueza» o «concejala». Conozcamos mejor nuestra lengua antes de difundir listados como el que hemos comentado, hecho con buena intención, pero con base lingüística errónea.