Manuel Guerrero Cabrera
Pasa el tiempo y suspiro porque paso,
aunque yo quede en mí, que sabe y cuenta…
… decía el poeta Jorge Guillén, y me digo yo ahora que el verano se ha consumido tanto como se ha consumado. Las propuestas que mis compañeros de líneas han compartido en Surdecordoba.com han sido muy útiles y han conseguido que verdaderamente el tiempo que ha quedado en mí no haya sido perdido. Felicito, por lo tanto, a la dirección por esta iniciativa.
En mi caso, realicé tres propuestas (basándome en una propuesta en lo foráneo, una segunda en lo nacional y la última en lo subbético o local) y escogí la que más me convenció del total, que fue la que a la postre se publicaron aquí. Sin embargo, el resto no lo borré de mi archivo y, pasado el tiempo, puedo afirmar que haría la misma función de propuesta en el estío como en el otoño; por lo que ahí van unas propuestas para terminar el verano e, incluso, después.
En las lecturas, destaqué el cómic de un extranjero (Spiegelman) y la poesía de un español (Luis Alberto de Cuenca), ahora sugiero uno de los mejores libros dedicados a Lucena, titulado Tierra sentida de Antonio Gómez Pulín. Es cierto que la Lucena que se nos presenta no tiene mucho en común con la de hoy (incluso al referirse a la semana Santa o a las fiestas), pero es una interesante estampa del tiempo dentro de la temática local.
En la música, junto al mundial Carlos Gardel, señalé a Radio Futura y, concretamente, su logrado álbum La ley del desierto. La ley del mar como aporte español; pues aquí demostraron que eran algo más que un grupo de la «Movida», ya que las canciones de este disco poseían ritmos llenos de una calidez especial, «la forma de combinar los sonidos, algunos timbres ajenos a la tradición original del rocanrol, así como la letra misma y la voz de Santiago Auserón», como escribió José Manuel Valle (de quien tomo estas palabras, publicadas en Noseolvida, 13). Aunque la más conocida es la inolvidable Escuela de calor, mi favorita se titula Semilla negra, una de las primeras muestras (sino la primera) en que el rock se combina con los ritmos caribeños y que luego Radio Futura siguió trabajando hasta darnos títulos imprescindibles como Veneno en la piel.
Dentro de lo local, voy a destacar el arte flamenco del cantaor Curro Lucena.
Finalmente, en cuanto al lugar a visitar, ya compartí los Reales Alcázares de Sevilla (sobre todo, de noche). Fuera de España, la Plaza de San Pedro y su basílica en El Vaticano es mi lugar de devoción (y no lo digo únicamente en el sentido religioso de la palabra) y me rindo ante el ingenio y el arte que Bernini, Miguel Ángel y otros artistas nos han dejado con estas obras. Pero, nada más difícil que elegir un lugar cercano, puesto que me quedo con tres: no dudo en dejarme envolver por el Arte del Sagrario de San Mateo de Lucena y en pasear por el barrio egabrense del Cerro y por el prieguense de la Villa.
Ya lo señaló el poema de Guillén, todo el tiempo, toda la experiencia se queda en uno…
y mientras haya vida por delante,
serás mis sucesiones de viviente.
Manuel Guerrero Cabrera
Añadir nuevo comentario