Después de larga búsqueda, la encontró.
Nuestro Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha venido pactando en estos últimos años, a su izquierda y a su derecha, con todo aquel susceptible de aportarle los apoyos necesarios para seguir transitando por su “Tierra Firme” política. Tras las últimas elecciones generales, la reconstrucción de su gobierno multicolor, Frankenstein para algunos, se tornaba tarea casi imposible. Pero lo logró. Es sin duda un animal político, de los que pocos hay. El problema es que, en esta ocasión, aparte de Bildu y su no arrepentimiento del dolor causado, de ERC y Sumar más los restos de Podemos y su ensoñación ultraizquierdista, el socio “preferente” (como la amiga del Rey emérito, recuerdan), es D, Carlos Puigdemont, líder espiritual y fugado de la otrora Convergencia, pura burguesía catalana y ahora Junts per Catalonia, con sus ensoñaciones Independentistas, basadas en groseras mentiras históricas. Y aquí, ha pinchado en hueso.
En D. Carlos, Sánchez ha encontrado la horma de su propio zapato, pues el personaje es tan falaz, mentiroso, hueco y amoral, como él. Duelo entre iguales. La confianza entre ambas formaciones, un PSOE irreconocible en sus planteamientos ideológicos y un partido de Centro-Derecha catalán, pues a esa franja poblacional se supone que representa Junts, es nula. Ambos cuentan con que el otro los va a engañar, con lo cual la negociación sobre cualquier tema, estará mediatizada con el deseo de no ser puesto en ridículo antes que con la intención de llegar a pactos convenientes para la generalidad de la población. Juego de trileros...
El espectáculo al que asistimos ayer en el senado, solo es el aperitivo de lo que nos aguarda durante lo que dure la legislatura que, aunque muchos hablen de que este ambiente es “irrespirable”, “así no se puede gobernar” etc., etc. me malicio que va a durar mucho más de lo que nos convendría a la población general de este país. Ambos saben que juntos están mejor. Cualquier otra combinación política, prescindiría de semejantes personajes y además, pensar en una “Gran coalición “a la alemana en la España actual, es una quimera.
El Gobierno actual es legal, pues ha resultado de una votación en el Congreso. Otra cosa es que sea representativo de la realidad, pues gran parte de los mensajes con los que Pedro Sánchez consiguió sus votos, a fecha de hoy no están ya en la agenda. Simplemente ”cambió de opinión”. Cuatro años por delante nos contemplan.
Solo dos últimas precisiones.
Sánchez debe tener cierto cuidado, y quién soy yo para aconsejar al discípulo más aventajado de Maquiavelo, con D, Carlos. Aparte de exprimirle tema a tema, en su fuero interno está deseando situarlo, en alguna decisión más extrema aún de las ya tomadas, al borde o más allá de la legalidad. Ese día si que lo tendrá atrapado.... El ya es un prófugo y sería fantastic (como decía Serrat) tenerlo de compañero en su Waterloo particular.
Y lo último. Respeto todas las ideas y comportamientos que entren en la Constitución y en la Ley, pero retorciendo ambas de la forma que se está haciendo últimamente, se está jugando con la esencia misma de un país, el más antiguo de Europa que es España y este es un “juguete” demasiado caro hasta para la pareja de trileros.