Me solicitaba la direción de este medio, que escribiera algún artículo de opinión. Mi respuesta fue que estaba tan indignado y cabreado que cualquier cosa que pusiera por escrito iba a ser para soltar un improperio e incluso podría escapárseme algún insulto (algo que nunca debería de suceder).

Y es que la situación es tal, que incluso ya he cambiado algunos hábitos que tenía establecidos desde hace años. Antes, para intentar conciliar el sueño, ponía la radio que tenía sobre mi mesilla de noche. Ya no lo hago jamás. Con el insomnio crónico que tengo lo que me faltaba es acostarme con noticias pésimas, con datos abrumadores,… Igual ocurre por las mañanas. Me gusta estar informado, sí, pero cuando hago un repaso por diversas cadenas , pongo música.

En mis horas de entrenamiento en solitario pienso y pienso. Mi conclusión es que vivimos  en un contrasentido puro. Lo es por ejemplo que la comunidad de Madrid imponga ahora una tasa de un euro por receta y digan que es una medida que “no tiene afán recaudatorio sino disuasorio”. Pero igual ocurre con las tasas de la justicia, a las cuales han aplicado el mismo calificativo. Dicen que así la justicia llegará a todos cuando ahora será una quimera hasta recurrir una multa.

Un contrasentido es que cuando obtenemos los peores resultados a nivel educativo, la solución sea recortar como nunca se ha hecho en educación.  Si se va a mejorar en el próximo informe Pisa quitando por ejemplo los profesores de apoyo y estando miles de niños sin clase cada vez  que haya una baja, es que yo no entiendo nada.

Un contrasentido es que cuando esta situación de crisis que tenemos ha sido provocada por la burbuja inmobiliaria, se vuelvan ahora a caer en los mismos errores y se sigan aprobando megaproyectos en las costas, como es en el caso de Tarifa. Y mientras tanto más recortes en I+D o en energías renovables.

Un contrasentido es que cuando se trata de ahorrar en sanidad y cuando es un hecho que una población con hábitos más saludables no requiere tanta atención médica y se ahorra en gasto farmacéutico  se recorte el deporte, con un tijeretazo brutal a todas las federaciones. A ello se le une que cuando una situación como esta requiere más que nunca valores como el esfuerzo, sacrificio, etc el deporte sea ninguneado.

Igual ocurre con la cultura. Se quiere recaudar más y más. Solución: el IVA al 21%. No soy economista pero me gustaría que me explicara alguna mente lúcida cómo se recauda más si yo por ejemplo ya he dejado de ir al cine. Me parece, y hasta ahí llego, que el 21% de cero es cero.

Esa misma mente, y lo suyo sería que fuera el señor Montoro o el señor De Guindos, me gustaría que me explicase de manera sencilla cómo en este país se va generar riqueza. Ahorrando, apretándose el cinturón, … es lo que siempre oigo. Pero llega un momento que no puedes ahorrar más. Es como una dieta: tu puedes limitar mucho tu comida, y evidentemente adelgazas, pero llega un momento que tienes que comer algo para no morirte. Si yo no voy al cine como he dicho antes, los de esa industria lo sufren. Y si no voy al restaurante un domingo a comer (e igual que yo casi todo el mundo)  el restaurante cierra. Y  el dinero que nos ahorramos con tanta subida de impuestos me parece que tendrá que ir destinado a pagar el desempleo. Aunque para algunos, los parados de larga duración es que son “vagos” y si se les quita la prestación se está consiguiendo estimularlos para buscar un puesto de trabajo.

Un contrasentido es en sí la famosa reforma laboral aprobada. En teoría con el abaratamiento del despido los empresarios no se iban a ver tan atados e iban a poder abrir nuevos negocios. El resultado es que el paro sigue creciendo, los EREs se han disparado, .... Amigos tengo que habiendo estado trabajando doce años en una empresa, le han dado una indemnización irrisoria y a la calle.

Y a la calle están yendo centenares de familias. Eso sí que es un drama. Cada día se producen más de 500 desahucios. El otro día oía al presidente de Consejo General del Poder Judicial que ellos no pueden hacer nada porque es cuestión meramente legislativa. Y luego resulta que la ley actual data de 1909 y el Sr Gallardón comenta que no se le puede quitar crédito y asfixiar a los bancos. Esos mismos bancos que han sido salvados con el dinero de todos, incluidos esos que ponen en la puerta de la calle. Incluidos esos que han llegado a suicidarse por su desesperación. Incluidos esos que han vuelto a su país de origen y que se les persigue hasta que condonen su deuda porque perder la vivienda no es suficiente. A este respecto siempre me acuerdo de una sentencia del escritor Beltort Brecht : “Desde el punto de vista moral es lo mismo atracar un banco que fundarlo”.

Un contrasentido es que mientras el peso de la crisis recae sobre los mismos, clases bajas y medias, la industria del lujo haya repuntado con fuerza los últimos años. Un contrasentido es que mientras hasta los niños tienen que pagar por llevar el tupper al colegio, a los diputados les cueste comer menos de cuatro euros, o que sigan viajando en primera clase, o que siga habiendo miles de coches oficiales, o que cada uno tenga una tablet, …

No entiendo nada, de verdad. Me pregunto que qué hemos hecho para padecer algo así. Muchos me dicen que “vivir por encima de nuestras posibilidades” y entonces me entran ganas de mandarlo a “…” y de pegarle cuatro “…”. Dije que no quería insultar. Cierro el artículo. Me estoy calentando.

Víctor Salazar Benítez