Noticias de rigor me confirmaron que Viajo sola es una novela de más de quinientas cincuenta páginas de esas que agarran a las pocas hojas de haber iniciado su lectura. Aventura de tensa intriga y palpitaciones aceleradas en el corazón transcurre a través de Oslo bajo un clima que los que somos del Sur no envidiamos, pero, eso sí, se pueden envidiar otras muchas cosas de la ciudad nórdica. Bien preparada para su lanzamiento esta agitada novela de intriga criminal se viene vendiendo en veinte países. Y al parecer es uno de los títulos más solicitados este año que corre. En la España corrupta de coge la pasta y corre, pues por listos abogados que defiendan a las cuadrillas de bandoleros que no sea, no podíamos ser menos, máxime si puede haber pasta por medio puesto que “El camino a Dios pasa por el diablo”.
Viajo sola es una muestra ejemplar de la literatura de género policíaco escandinavo salida de la pluma de Samuel Bjørk, seudónimo del polifacético artista Frode Sander que cuenta con dos novelas publicadas y cinco obras de teatro. La pareja de protagonistas que ocupan toda la historia está compuesta por el veterano inspector de la Unidad de Operaciones Especiales de Oslo y Mia Krüger profesional poseída de innata capacidad intuitiva para la investigación sorprendente. Ambos se incorporan de nuevo al servicio `por la envergadura y alarma social que presenta el caso. Esto los lleva a formar un equipo muy conjuntado y bien elegido con los que asumir tan trágica y demencial suceso donde jugará un importante papel el joven. Gabriel Mork, preparado manitas en el mundo digital imprescindible para una caso tan complejo que ocupara las portadas de los medios de comunicación e inquietud en el Estado.
No es para menos, pues, cuando un hombre sale de mañana con su perro a pasear para espantar la resaca, cuando de repente el animal sale corriendo entres los árboles y descubre a una niña de unos seis años que cuelga de un árbol balanceándose con una mochila escolar en la espalda y un cartel colgado del cuello que pone: “Viajo sola”. Macabro suceso que inicia una sucesión de asesinatos de manera muy peculiar, al ser todos los casos inocentes niñas de seis años de edad, que aparecen siempre con idéntica vestidura infantil y el cartel de “Viajo sola” La historia se vuelve compleja y su trama se adentra por varios caminos en los cuales se van reflejando historias personales de los dos protagonistas. Todo un pulso donde Mia Krüger y Holger Munch, esperan emerger triunfadores y salir de esa rutina en comisarías de barrio donde han sido trasladados por expediente abierto un tanto discutible.
Los más insospechados instintos del ser humano van apareciendo en tan trágica situación a medida que los asesinatos de niñas se suceden, siempre dejando una marca el asesino o asesinos que consiste en la satánica advertencia que señala tan diabólica continuación un número grabado en la uña del pulgar de una mano de las criaturas.
El equipo de investigadores no cesa de crear sospechas y conjeturas, por ejemplo, que puede ser el fanatismo de una secta religiosa cristiana, con un líder poseído por una bárbara obsesión que cuenta con un ayudante al que tiene embrujado con la sublime creencia de estar ante un dios palpable ya que su jefe lo tiene hipnotizado. O que la propia sucesión de los hechos va levantando las sospechas de la implicación de mujeres a las que la vida les ha jugado desde su niñez dolorosas vivencias y que sufren su desesperación de no poder ser madres en tan mortal caso donde no faltan las falsas asociaciones meramente especulativas. Una historia amplia y hábilmente montada que mantiene al lector cada vez con más intensidad a la vuelta de cada página.
Francisco Vélez Nieto
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