El título de este artículo podría servir para ponérselo a un hit musical, o también, por qué no, para referirnos en la lengua anglosajona a la cera que se ha quemado en el pasado mes de Abril y parte de Marzo por parte de aquellos fieles que debían cumplir una promesa con las imágenes a las que tienen devoción en la Semana Santa. Pero no, no van por ahí los tiros, y estando recién entrados en la época en la que estamos, hago referencia a las promesas que nos venderán en los próximos días los diferentes partidos políticos para que depositemos en las urnas el próximo 24 de Mayo nuestro voto con su papeleta dentro.

La campaña ha comenzado calentita. Casi siempre sucede, pero este año viene reforzada por lo ocurrido hace algo menos de dos meses, cuando los andaluces fuimos convocados a las urnas por primera vez en este año. Antes de tiempo, por cierto, ya que dichas elecciones al Parlamento de Andalucía estaban totalmente fuera de lugar y sólo se entendían con segundas, aunque quien tenía intereses personales en ello, al menos hasta ahora, parece haberse quedado con las ganas. La ruptura del pacto con IU, formalizado hace cuatro años para seguir manteniendo el cortijo andaluz, no le ha valido de mucho al PSOE ni a Susana Díaz, que aseguraba que ganaría las elecciones con mayoría absoluta y ahora se encuentra con un panorama complicado de solventar.

Tras dos intentos de investidura, la hija de fontaneros que sólo ha metido dinero en su cuenta corriente gracias a la política, no ha conseguido ser investida como presidenta de la Junta de Andalucía, ya que lo que ha sido es embestida por las restantes fuerzas políticas que consiguieron representación en el Parlamento tras las elecciones del 22 de Marzo. El PP no le ha dado su confianza, de cara al público, porque asegura que Díaz “quiere ofrecer diálogo pero imponiendo sus condiciones”. El hecho de que siendo la fuerza más votada hace cuatro años no se le permitiese gobernar, seguro que también ha pesado en el partido de las gaviotas, aunque de puertas afuera no quieran reconocerlo. IU, tras sentirse ninguneada tras la ruptura de su pacto de gobierno con los socialistas, está claro que no va a apoyar en ningún caso a Díaz, pero si importante es el papel de estos dos partidos, no lo es menos el que juegan Ciudadanos y Podemos.

Estas dos fuerzas políticas de nuevo cuño han puesto condiciones bastante duras de aceptar a Díaz, por no decir inaceptables para los socialistas, y han dicho “NO” a la investidura de la candidata socialista por un motivo esencial que no escapa a nadie, como es la cercanía de los comicios municipales del 24 de Mayo. Tanto unos como otros, saben que, quizás en poblaciones medianas o pequeñas no afecte apenas, pero en las grandes ciudades y, sobre todo en las capitales, un apoyo hacia Díaz en su investidura pueda costarles varias alcaldías y, sobre todo, gran parte de la representación que puedan obtener en los ayuntamientos. Y no digamos ya la repercusión que puede tener en unas elecciones generales para las que también nos convocarán dentro de relativamente poco tiempo y que sí que pueden acabar viéndose afectadas si Teresa Rodríguez o Juan Marín acaban facilitando la investidura de Díaz.

Pero como estamos en tiempo de promesas, ahora toca ver lo que nos prometen en las ciudades del sur de la provincia, y estaremos pendientes de ver lo que nos cuentan sobre todo en Lucena y Cabra. En Lucena, habrá que ver quién sale vencedor de la terna Miguel Villa – Juan Pérez – Paco Huertas. Pérez afronta sus primeras elecciones como cabeza de serie, ya que en las anteriores no podemos olvidar que era José Luis Bergillos el que se presentaba como alcaldable para, posteriormente, apartarse tras una unión similar a la que protagonizaban Griñán y Valderas en Andalucía, cerrando el paso a un PP que por entonces presentaba como candidato a Manuel Gutiérrez y que, pese a ser la lista más votada, se quedaba sin poder recuperar la alcaldía de la ciudad, perdida hace ya muchos años.

El nuevo candidato no ha cumplido al final el perfil de persona joven que se buscaba al igual que se hizo en Cabra, ya que Paco Huertas anda también entrado en años, y en las líneas maestras de su programa electoral ya ha propuesto lo mismo que su líder nacional: bajar los impuestos. Esta será la promesa estrella de todos y cada uno de los partidos, aunque la mayoría después se la pasen por el arco del triunfo como hicieron Rajoy y sus adláteres y acaben por estafar al electorado apelando a excusas como la herencia recibida y tantas otras. Aun así, no se espera mala respuesta en cuanto a votantes para el abogado lucentino, que no tiene ni muchísimo menos menores apoyos de los que gozó Gutiérrez.

El favorito es Juan Pérez, en una ciudad en la que tradicionalmente suele ser el PSOE quien gobierna, y habrá que ver hasta qué punto necesita la ayuda de un Villa que parte con el objetivo de “obtener la alcaldía”, algo que en mi opinión y la de muchos más, no se cree ni él ni nadie de su partido.

En Cabra, por su parte, IU parece un cero a la izquierda si lo comparamos con los posibles votantes del partido en Lucena, y también si lo hacemos con lo que pueden obtener PP y PA. Como ya dijo en este mismo medio Joaquín Caballero, el mayor apoyo que puede obtener José Luis Osuna dentro del PA, es el del “círculo capillita”, como él mismo dijo, y razón no le falta. Su cercanía, sobre todo, a la Hermandad de María Santísima de la Sierra, con todo lo que ello conlleva, puede ser una de las claves para que Fernando Priego, actual alcalde la localidad, no obtenga una mayoría absoluta de la que se encuentra mucho más cerca que hace cuatro años.

Con todo, hay que considerar que dentro del cambio que Priego ha aportado a Cabra, no es oro todo lo que reluce. Dentro de sus proyectos, los hay acertados e innecesarios. Lo primero que hay que recordarle al alcalde de todos los egabrenses, como él mismo indica en el folleto que ha mandado por todos los buzones de quienes vivimos en Cabra, es que no hay que sacar pecho de lo que se ha hecho en estos cuatro años, porque.. ¿para qué si no le votaron? ¿Acaso no pagamos bastantes impuestos como para exigir que con ellos la ciudad mejore?

No podemos negar que la mejora económica en las arcas del consistorio egabrense son ostensibles, ya que sólo así se entiende que se destinen 18.000€ a financiar que la Virgen de la Sierra haga turismo por la provincia de Córdoba, para regocijo del Obispo de Córdoba y del séquito que busca reivindicar la Mezquita de Córdoba para sí mismo.

Lo mismo que no se entiende esta medida, hay que aplaudir la construcción de la Ciudad de los Niños, que hasta el día de hoy sólo tiene un defecto entre muchos beneficios. Si queremos que este magnífico parque destinado a los más pequeños de la casa perdure en el tiempo y sea visitado por miles de personas que no son de Cabra, hay que mejorar la seguridad del mismo, ya que desde incluso antes de su inauguración, los destrozos y la pérdida de mobiliario y piezas están a la orden del día. Obviamente, de que haya gentuza que haga estas cosas, no tiene culpa ni Fernando Priego ni nadie. Son despojos con piernas y manos para destrozar lo que tanto ha costado construir.

En cuanto a las ayudas a emprendedores, chapeau para Priego y su equipo, y lo digo con conocimiento de causa porque mi señora es propietaria de un establecimiento comercial y sé de lo que hablo. 1100€ del ala, en dos tandas de 550€, por abrir un negocio. Lo mismo que a ella, a todos los que han abierto empresas en Cabra y las han mantenido durante al menos un año, el PP de Cabra las ha apoyado.

Lo que no se puede es alardear del servicio de basuras. Por ahí sí que no. Y es que hay calles en las que el camión pasa, pero lo hace literalmente, y los vecinos acabamos rodeados de basura. Contenedores soterrados en los que la mugre se les desborda por todo lo alto que muchas veces sólo se recoge si le envías a Fernando Priego un mensaje vía RRSS. Está atento ahí el alcalde. Del carril bici, totalmente innecesario en la ciudad ya que muchos bikers prefieren hacer caballitos en las calles peatonales sin que nadie se lo impida, hablamos otro día. Y de las multas de los agentes de policía, muy atentos a lo que pasa en algunas calles, y muy pasotas, aunque los llames, de lo que pasa en otras, donde se agolpan vehículos aparcados a pesar de ser peatonales. Quienes viven, por ejemplo, en la calle Muñiz Terrones, lo saben bien.

Y aquí lo dejamos, porque luego me dicen que me extiendo mucho. Eso sí, no olviden que estamos en tiempo de promesas y que, como suele decirse, todos los políticos, en las próximas semanas, y sean del color que sean, intentarán venderles la moto. Sólo les digo que se aseguren bien de lo que “compran”, porque luego, las motos se quedan en el olvido y nos ofrecen triciclos o patinetes en el mejor de los casos.