Era un 24 de septiembre, la Virgen de la Sierra y una parroquia llena de gente te daba la bienvenida, Cabra conocía, tras muchos años, la presencia de un nuevo sacerdote. Zacarías Romero llegaba lleno de ilusión, con ganas de ejercer su ministerio con el convencimiento de que Dios había puesto en su camino a nuestro pueblo y a sus gentes.
Te has ido cuando están a punto de cumplirse los doce años de aquel día, Dios te abre un nuevo camino y te envía a cuidar de tus padres, a estar con los tuyos, con aquellos que al igual que Dios, nunca fallan, nunca traicionan y nunca conspiran, porque el amor de aquel que dio su vida por nuestra salvación, está vivo y presente cada día en tu familia.
Te has ido, pero aquí quedará para siempre tu recuerdo, nunca llueve a gusto de todos y serán muchos o pocos los que se han alegrado con tu marcha, pero con toda seguridad tu paso por nuestra ciudad y por la Parroquia Mayor de la Asunción y Ángeles quedará marcada con letras de oro en su rica historia.
Te has ido dando las gracias a todos por la acogida que te han dispensado tus ya paisanos en todos estos años, por la cercanía y disposición que han tenido tantos feligreses en trabajar por “tu, nuestra parroquia”. Le has dado gracias a todos, y todos cuantos hemos tenido la oportunidad de conocerte te damos las gracias a ti, por tu trabajo, sobre todo “humano”, tan importante en estos tiempos que corren.
Te has ido pidiendo perdón a todos, pidiendo perdón por si no has estado a la altura de lo que te hemos requerido en todo momento. Perdón por tus obras y omisiones, lo que demuestra que tu vocación sigue viva y presente en tu día a día, que tu amor y dedicación a los demás serán tu camino allá donde Dios te destine.
Te has ido y has dejado huérfanos a muchos. No contaremos con tus dotes de orador, de asistente, de amigo, pero estamos contentos porque Dios tiene una nueva misión para ti, la de estar con los tuyos, con los que te quieren. Aquí dejas también a una buena parte de tu familia por los que estamos seguros pedirás en tus oraciones.
Te has ido y tus cofradías ya te echan en falta, por tus consejos, tus palabras de aliento y tu apoyo, no serán fáciles de olvidar, porque al igual que Jesús siempre estuvo pendiente de sus discípulos tú has estado pendiente de todo aquello que de ti han necesitado todas y cada una de las hermandades, con tus defectos y tus virtudes dejas muchos amigos entre los cofrades egabrenses.
Te has ido, pero no te marchas, siempre estarás presente en nuestra parroquia la que has llenado de un nuevo soplo que perdurará en el tiempo. Te has ido, pero nunca nos dejarás y desde estas líneas te doy las gracias en nombre de todos los que formamos la parroquia de la Asunción y Ángeles. Gracias por todo lo que nos has dado y perdón por no haber estado a la altura de lo que Dios quiere de nosotros para contigo y nuestros hermanos.
Gracias, te has ido, pero siempre estarás con nosotros.