La Asunción de la Virgen es la creencia que tenemos los católicos de que el cuerpo y alma de la Virgen María, la Madre de Jesucristo, fueron llevados al Cielo después de terminar sus días en la tierra. Este traslado es llamado Assumptio Beatae Mariae Virginis (Asunción de la Bienaventurada Virgen María), doctrina que fue definida como dogma de fe por el Papa Pío XII el día 1 de noviembre de 1950.

Bien es cierto que la Iglesia Católica celebra en Oriente esta fiesta en honor de María desde el siglo VI y en Roma desde el siglo VII. Esto es lo que nos dice Wikipedia, la enciclopedia que casi todos recurrimos en algún momento y si buscamos la palabra dogma nos dice: “Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia.”

El Papa Pío XII definió solemnemente el dogma (la verdad que no debe dudarse) de la Asunción de María con unas razones fundamentales:

1- La inmunidad de María de todo pecado: la descomposición del cuerpo es consecuencia del pecado, y como María, careció de todo pecado, entonces Ella estaba libre de la ley universal de la corrupción, pudiendo entonces, entrar prontamente, en cuerpo y alma, en la gloria del Cielo.

2-  Su maternidad divina: como el cuerpo de Cristo se había formado del cuerpo de María, era conveniente que el cuerpo de María participara de la suerte del cuerpo de Cristo. Ella concibió a Jesús, le día a luz, le nutrió, le cuidó, le estrechó contra su pecho. No podemos imaginar que Jesús permitiera que el cuerpo, que le dio la vida, llegase a la corrupción.

3-  Su virginidad perpetua: como su cuerpo fue preservado en integridad virginal (toda para Jesús y siendo su tabernáculo viviente), era conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.

4-  Su participación en la obra redentora de Cristo: María, la Madre del Redentor, por su íntima participación en la obra redentora de su Hijo, después de consumado el curso de su vida sobre la tierra, recibió el fruto pleno de la redención, que es la glorificación del cuerpo y del alma.

Por todo esto, la Asunción es la victoria de Dios confirmada en María y asegurada para nosotros. La Asunción es una señal y promesa de la gloria que nos espera cuando en el fin del mundo nuestros cuerpos resuciten y sean reunidos con nuestras almas. La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.

Hoy celebramos el día de la Asunción de María y tenemos una cita con ella en el santuario donde como cada año podemos renovar nuestros votos y promesas y sabiendo que Ella en el cielo junto a su Hijo divino, al igual que un día hizo con Él, nos da luz, nos nutre, nos cuida, nos estrecha contra su pecho y nos espera para darnos la esperanza de algún día poder alcanzar el cielo y todos nos reunamos en cuerpos y almas.

Aquí la encontramos bajo la advocación de María Santísima de la Sierra y yo como muchos cristianos, creo en María, en su Inmaculada Concepción y en su Asunción a los Cielos.