Opiniones

"El Periódico digital para el sur de Córdoba"

Inclusión, eso de lo que tanto se habla y sobre lo que no se hace lo suficiente (I)

Siempre he pensado que hay personas que necesitan más ayudas, de diversos tipos, pero que no se les presta suficientemente la atención que necesitan. Estudiando el ciclo de integración social, me doy cuenta de que efectivamente tengo razón. No voy a centrarme en las personas con discapacidad o diversidad funcional porque es un tema que ya he tratado algunas veces, sino que voy a intentar exponer, de forma muy resumida, los motivos por los que, siempre bajo mi punto de vista, otros colectivos también están en riesgo. Aunque por el número de colectivos y su extensión lo voy a dividir en dos artículos.

Vayamos con las personas inmigrantes que tanto están dando que hablar en estos días, no sólo en España, sino en toda Europa, incluso diría que en el mundo, y si no léanse las declaraciones de Trump sobre inmigración a sus Estados Unidos. Todos los días vemos a personas que han dejado su país para venir al nuestro en busca de mejores condiciones laborales y de vida, entre otras cosas. ¿Y qué hace España cuando llegan? Los acogen con medidas de carácter asistencial como recogen nuestras legislaciones, eso si es que logran llegar a nuestras costas y no se quedan en las aguas del Mediterraneo. ¿Y luego qué? Pues lo más probable es que los devuelvan a sus países de origen. ¿Y qué pasa con los que logran entrar sin control policial? Les ponen trabas por todas partes, los explotan las mafias y a los que tienen suerte les hacen pasar largos procesos burocráticos para que puedan acceder a los mismos derechos que cualquier ciudadano español, esos sí, trabajando como mulos. Y, por si fuera poco, aún hay personas en la sociedad que los miran mal y piensan que no debería de permitírseles la entrada en España y punto. Así de tajantes.

Sin embargo, cuando somos nosotros los que abandonamos España para irnos a otro país, ahí sí queremos que se nos trate y mire bien y tener mejores condiciones de vida, encontrar un trabajo digno… ¿Pero en qué estamos pensando? ¿Cómo pretendemos que nos acepten cuando somos nosotros los que no aceptamos a los que vienen de otro país? Muchos habéis oído alguna vez eso de “los inmigrantes nos están quitando el trabajo a los españoles” o “esos negros de mierda no deberían venir a España”.  Ahora bien, si el negro es un futbolista de élite entonces la cosa cambia, ese va para rico y bienvenido sea, tanto como el moro rico de Puerto Banús. Este tipo de afirmaciones categóricas hace que me plantee muchas cosas y darme cuenta de que si son mayoritarias, la sociedad que entre todos estamos construyendo está podrida.  Quizá deberíamos plantearnos si de verdad nos quitan ellos el trabajo o somos nosotros (por supuesto no todos) lo que no estamos en disposición de realizar el trabajo que ellos sí hacen, que vuelvo a repetir, además en muchos casos está bajo el control de las mafias y la explotación laboral.

¿Y qué decir del colectivo de Mujeres? No me cabe ninguna duda de que en algunos casos todavía la mujer puede considerarse un colectivo en riesgo, y no sólo de exclusión. Casi cada día oímos casos de malos tratos de hombres a mujeres que llegan incluso al asesinato. Considero que se debería de proteger más a las mujeres y que las condenas para los que las maltratan deberían de ser mucho más largas. Y en esos malos tratos ya no sólo me refiero a agresiones físicas, sino a chantajes emocionales, insultos, comentarios ofensivos hacia la mujer (las mujeres no sirven para nada; las mujeres no tienen ni idea de cómo se conduce; ellas tienen que estar en casa cuidando de los niños y el hombre es el que trabaja…) Son estereotipos que la sociedad patriarcal que quiere imponerse desde hace muchísimos años y que aún hoy siguen latentes. Ejemplos muchos, como el control en la forma de vestir de la pareja femenina, el control del móvil, el control de sus redes sociales, el control hasta económico, que vejan a la mujer injustamente y contra lo que hay que seguir luchando. También pienso que se debería de dar más ayudas para que puedan acceder al mercado laboral y a todos los ámbitos socio-económicos, sin que, por ejemplo, un embarazo les supongo una carga demasiado pesada para ello. Y por supuesto, a igual trabajo igual salario, la legislación debería ser contundente con quien esto no cumple.

Unas mujeres que sí se pueden considerar excluidas son el colectivo de prostitutas, no por dejar de hablar de ellas vamos a pensar que no existen. Se ha dicho muchas veces eso de que ejercen esa profesión porque quieren, y pienso que no es cierto en la inmensa mayoría de los casos. Basta ver cualquier documental de televisión sobre el tema y nos daremos cuenta que estas mujeres están ahí por necesidad imperante de buscarse la vida de alguna manera, esto cuando no son las mafias las que las controlan y no las dejan salir de ahí. Pienso que la hipocresía de esta sociedad debe quedar al margen y ser valientes para dignificar legal y socialmente a las prostitutas.

Y por último quiero hablar del colectivo de Menores: niños y niñas o adolescentes que no son cuidados como es debido por sus familias, o que viven en un entorno familiar que no es para nada el adecuado (por ejemplo, que vean cómo en su casa día a día se consume droga o hay malos tratos…) Casos como el del “Canuto” de Granada, un gitano que tiene más de treinta hijos con cuatro esposas diferentes, y al que la Junta le ha retirado la custodia de once de ellos, habiendo denunciado algunos al padre hasta de abusos, nos dejan como sociedad a la altura del betún. La etnia gitana podría ser motivo también de hablar sobre su exclusión, pero no es el momento.

Es verdad que existen centros y asociaciones que se pueden hacer cargo de estas criaturas cuando sufren estas situaciones límite, pero aun así pienso que nada es suficiente y que siempre se podría hacer mucho más. Por ejemplo, los servicios sociales actúan casi cuando ya no hay remedio o se ha llegado a un límite que trasciende a la prensa. Se debería ser más valiente, no dejar que las cosas lleguen a esos puntos álgidos porque los menores puede que ya hayan sufrido un daño irreversible.

Una mala educación por parte de una familia, y no digo una familia con problemas, puede llevar consigo que los menores lleguen a tener un comportamiento inadecuado que se detecta hasta en el colegio. Esos niños y niñas ya están en riesgo y la concienciación de los padres debe llevarles a actuar con ellos de forma diferente si no quieren que se les escape de las manos. Por supuesto que pienso que contra esos menores se deben tomar represalias y que hay que, de una u otra forma, hay que inculcarles una buena educación, pero pienso que esta educación se puede dar sin violencia o malos tratos, porque si actuamos así estamos haciendo lo mismo que ellos, y van a seguir ese ejemplo. Jueces de menores como Calatayud son indispensables para que estos menores dejen de estar en riesgo de exclusión.

Continuará…