Empiezo este artículo deseando que todos os encontréis bien y no tengamos que lamentar muchos más casos de infectados por el Covid 19, y para esto lo primero es que hagamos caso a lo que se nos exige: quedémonos en casa y salgamos para lo realmente imprescindible, no nos aglomeremos mucha gente en los mercados o farmacias y tomemos todas las medidas higiénicas que ya son sobradamente conocidas por todos.
Son días difíciles los que estamos viviendo, y creo que debemos concienciarnos de que esta situación en la que nos encontramos es grave, muy grave, el número de afectados por el coronavirus va en aumento, esa es la realidad que tenemos ahora mismo y es imposible cambiar de no poner todos de nuestra parte.
En estos días estamos sobrecargados de información sobre el coronavirus, las consecuencias de la enfermedad, cómo prevenirla, las medidas que se están tomando en uno u otro sitio… No paran de llegarnos mensajes de WhatsApp, vídeos, audios y también algunos mensajes con humor sobre este asunto, que creo que también son importantes para quitar un poco de hierro e intentar ver la situación sin miedo, aunque sea complicado. También están los que sin escrúpulos se aprovechan de esta situación para lucrarse, robar en las casas haciéndose pasar por policías, agentes sanitarios…, este tipo de gentuza creo que no merecen ni nuestro respeto ni nada; no soy de las personas que le desea el mal a nadie, pero ojalá que fuesen ellos los infectados por este virus, y ante ellos no queda nada más que mano dura.
Se están tomando muchas medidas estos días para la prevención por el contagio de esta enfermedad; está claro que se deberían de haber tomado bastante antes de lo que se ha hecho y que no es lógico que el día 8 de Marzo se realizasen manifestaciones por el día de la mujer y hubiese aglomeraciones de gente en muchísimos puntos de nuestro país y, una semana después, se decrete el estado de alarma, y ya no podamos salir a la calle nada más que para lo imprescindible (cito esto porque considero que es lo más importante dentro del estado de alarma). Por supuesto que estoy de acuerdo con las medidas adoptadas por el Gobierno, pero creo que se han tomado demasiado tarde, porque prevenir es eso, adelantarse por si acaso.
Una de las grandes incongruencias que he visto estos días y que me cuentan de primera mano personas cercanas a mí, es que se suspendieron todos los actos en la Universidad de Córdoba (Jornadas, simposios, etc,) pero luego se encontraban -hasta que se suspendieron, evidentemente- ciento cincuenta personas en una clase donde había estudiantes de diferentes sitios. ¿De verdad ninguna supermente del decanato universitario pensó que de esta forma no se iba a prevenir el contagio, sino todo lo contrario? Es un ejemplo básico de que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Por cierto, ¿dónde está la Iglesia? No veo que se hayan ofrecido a ayudar ni que hayan aportado todos los recursos que tienen -de todos los tipos- para los que más lo necesitan. ¿Será que con rezar es suficiente? ¿o quizá que no tienen recursos que ofrecer? Sí, va a ser esto último, seguro. (Véase con ironía)
Pero bueno, dejémonos de críticas, ya se han tomado las medidas y ahora lo que hay que hacer es acatarlas por todos a rajatabla, así de sencillo. Esto no debe ser una lucha política entre políticos o entre los que piensan de una forma u otra, esto debe ser una lucha contra el virus y para poder parar esta epidemia que, sin duda, afecta a todos y es gravísima.
Quiero terminar diciendo algunas cosas que sé que suenan a tópico y que las leemos y escuchamos mil veces al día, pero creo que no está de más recalcarlas en este artículo y lo voy a hacer.
Aplaudo la grandísima labor que están realizando muchísimas personas para que los demás podamos quedarnos en casa. No voy a nombrar a ningún colectivo en concreto porque creo que todos los que trabajan para contribuir a que los servicios básicos estén garantizados merecen todo nuestro respeto, nuestra admiración y nuestra gratitud, y nuestra ayuda consiste en hacer caso a lo que nos digan y siendo responsables.
Cuidemos a los que están a nuestro alrededor y cuidémonos a nosotros mismos, pero en especial a las personas que son grupo de riesgo de esta enfermedad. He de decir que podemos pensar que sólo son de riesgo las personas mayores, pero no es así; hay otras personas que, debido a sus patologías, también pueden serlo; informémonos de esto bien para que se pueda prevenir más en ellas la enfermedad. Todo el ánimo y la fuerza del mundo a estas personas y a sus familias.
Aprovechemos estos días para hacer todo aquello que con nuestra ajetreada rutina no podemos hacer; son muchísimas cosas las que pueden realizarse, opciones para todos los gustos, edades… Lo más importante es que lo hagamos desde casa, así que nunca mejor dicho lo de ‘hogar, dulce hogar’.
Pd.- Amiga Ana, ánimo y paciencia, nos vemos pronto, no lo dudes.