A veces parece que todo funciona por inercia, dan igual los avatares de la vida que esta sigue y sigue sin tener en cuenta nada ni a nadie. Quienes se creen imprescindibles suelen ser así porque tienen un ego tan grande que un día se ahogan en él. Porque unos llegan y otros se van, incluso algunos se quedan siempre que les sea posible. Porque cambios importantes son pocos los que apreciamos, si acaso pequeños cambios que a unos le vienen bien y a otros no.
Ya no tenemos un gobierno socialista administrando la Junta de Andalucía, y no pasa nada. Seguimos nuestro día a día como si nada hubiera pasado, nos levantamos por la mañana para iniciar otra jornada laboral (quien tenga esa suerte), almorzamos hastiados por las noticias, estamos pendientes de los hijos (muchos también de los nietos), pasamos la tarde y después de la cena un rato de tele y a dormir. Y llega otro día, y otro, y otro…
El tripartito andaluz no me ilusiona lo más mínimo, tampoco lo hacía Susana Díaz, y no espero de ellos nada. Quiero ver venir su día a día mientras yo sigo con el mío, quiero ver si algo, de lo que han prometido en campaña y han dicho en la elección de Juan Manuel Moreno como presidente, se va cumpliendo. Estaré muy atento porque hay algo diferencial en este nuevo gobierno, no sólo que es la primera vez que logran serlo, sino que para serlo han necesitado pactar con la ultraderecha, y ojo, eso no es moco de pavo para quien sea verdaderamente demócrata.
Y lo voy a decir muy claro, en mi opinión, que el PP haya hecho encaje de bolillos para llegar a la poltrona, después de haber perdido muchos diputados respecto a hace cuatro años, no me extraña lo más mínimo porque siempre han buscado la poltrona. Total, muchos de esa extrema derecha con los que han pactado eran antes militantes y votantes del PP, por lo tanto, nada nuevo. Ahora bien, lo que no logro entender es la postura de Ciudadanos, que van de centristas, así grosso modo, y de estar manteniendo a los socialistas en San Telmo, pasan a coger cacho en un gobierno cuyos socios tienen un pacto con ultraderechistas, y ha logrado la vicepresidencia el señor Marín, y las consejerías que tengan pactadas gracias al apoyo de un partido nada constitucionalista. Cuando Rivera y Arrimadas han dicho por activa y por pasiva que jamás pactarían con nadie que no respetase las reglas del juego constitucional. Ahora, esto huele que apesta a donde dije digo, digo Diego, y el descrédito de Ciudadanos están jugándoselo a cara o cruz.
Pero no pasa nada, todo sigue y sigue, sale el sol y comenzamos el nuevo día como si nada de lo dicho tuviera la menor importancia. Quizás en un futuro muy próximo el señor Rivera se pegue un batacazo electoral que no se espera, porque mucha gente que les ha votado, en su día a día, no va a olvidar lo que han hecho en Andalucía para vivir unos cuantos de los suyos de la política. El partido naranja empieza también a desteñirse, es como todos, otro más para que todo siga igual.
Y hablando de partidos desteñidos no me callo lo de Podemos, esos violetas ya van por lilas, siendo la casta de la casta, quién ha visto y quién ve a Errejón y a Iglesias... Parece que Izquierda Unida, en su desunión nacional, se ha dado cuenta y no quiere más alianzas con ellos. La izquierda, fragmentada cada vez más, deja paso al desasosiego de sus votantes, que abatidos por tanta falsedad tienden a la abstención irremediablemente. Pero no pasa nada, la vida sigue sin pararse un minuto y sin que esto afecte a nuestra cotidianidad, que llueve cogemos paraguas, que hace frío nos abrigamos y vamos para adelante.
Habrá alguien para quien lo ocurrido políticamente en Andalucía tenga visos de cambiar su vida, para los que antes eran estómagos agradecidos socialistas puede que lo noten y algunos bastante, lo mismo que lo notarán los que de palmeros van a pasar a estómagos agradecidos del PP y de Ciudadanos, que ocuparán los huecos de los otros y aquí paz y después gloria. Para los demás todo seguirá igual, Nuevas caras en las fotos de prensa de los jefecillos provinciales, para que la Sanidad, la Educación, la Justicia, el Empleo, la Economía, etc., siga tres cuartos de lo mismo, porque la inercia guiará la vida como siempre lo ha hecho, y cambiarla cuesta, y si encima la cambiamos para mal pues qué quieren que les diga.
Eso sí, de lo que estaré muy pendiente es de las privatizaciones, esas que se hacen a pequeña escala sin control y de los que son unos verdaderos expertos los populares, veremos si también los de Ciudadanos, porque privatizar lo que es público sería atrasar más a esta tierra que ya bastante tiene con lo que tiene. Más control de lo público, sí, privatizar, no. Y en mi día a día espero no notar estas situaciones, porque aunque todo siga por inercia no debemos dejar de estar muy pendientes del tripartito.
Termino a modo de reflexión con la famosa frase que inspiró este artículo, es de Lampedusa en El Gatopardo: hay que cambiar todo para que nada cambie.