En relación al llamado Coliseo de Almedinilla (que no Plaza de Toros, sensu estricto) y la crítica legítima que realiza EQUO al ayuntamiento de Almedinilla por costear este tipo de edificios que reciben "espectáculos de muerte", quisiera hacer una reflexión en voz alta a sabiendas que no me duelen prendas el criticar (en otras cuestiones) a ese mismo Ayuntamiento si fuera menester. Sin embargo, como creo que es de justicia, me gustaría señalar que el edificio no sólo contiene espectáculos taurinos, también y sobre todo espectáculos de teatro, comidas históricas, recitales, música, mercados... (más de 16 eventos el año pasado).
El edificio se ha ido levantando durante 6 años (al comienzo con el famoso Plan E), poco a poco, y si se conocía desde el principio el uso que iba a tener (o uno de ellos) llama la atención por qué ahora (después de los años y cercana la nueva cita electoral) se critica el asunto.
Si de endeudamiento y derroche se trata, resulta que el ayuntamiento de Almedinilla está saneado y con superávit (no ha tenido que pedir el préstamo para pagar deudas)... tampoco después de las obras (de hecho es de los más saneados de Córdoba).
Si de transparencia se trata, resulta que el ayuntamiento de Almedinilla, desde 1992 y cada mes, publica en la revista local La Fuentezuela todos los ingresos, pagos y resoluciones de Pleno y, aunque más transparencia en todo siempre es de desear en todas partes, parece que este ayuntamiento no va ocultando cifras: 900.000 euros ha costado el edificio durante esos 6 años.
Si de puestos de trabajo se trata, resulta que en la construcción del edificio trabajó bastante gente y que el mundo taurino (si nos limitamos a estos eventos) genera muchos más, además de conservar dehesas y procurar un número de reses que de ningún modo existirían de otra manera (quedarían pocos y en reservas o zoológicos).
Si de poca afición o demanda se trata, resulta que Almedinilla (con 2.500 habitantes) tiene una peña taurina con 200 socios y, en todo caso, cuando deje de haber demanda y afición por la Fiesta(de manera natural) se extinguirá sin necesidad de prohibiciones (y en el edificio, al igual que en muchos cines, teatros, etc. que han perdido clientela y han cerrado, se seguirán realizando los otros eventos culturales).
Si de tópicos se trata, los que tienen los aficionados taurinos sobre los antitaurinos son tan lamentables como los tópicos que los antitaurinos tienen con respecto a los aficionados. Por ejemplo, si de "derechas" y "caciques" hablamos asociados a los gustos taurinos, podría dar más de 20 ejemplos de toreros anarquistas (los dos banderilleros de la CNT que fusilaron con García Lorca, o el insigne anarquista, torero, pacifista y humanista Melchor Rodríguez...) así como socialistas, comunistas...por no hablar de los propios aficionados).
Por el contrario, si de la utilidad de haber invertido aquí y no en otra cosa se trata, bien, estamos de acuerdo. Y si el edificio podría tener más actividades culturales a lo largo del año de las que tiene, bien, también estamos de acuerdo... aunque también podrían decir otros que sobran inversiones en museos o yacimientos arqueológicos (por la parte que me toca), o incluso en centros de interpretación de la naturaleza sobredimensionados, como el Museo Micológico de Priego que, habiendo costado 3 millones de euros, está medio cerrado y mal gestionado, en un verdadero alarde de derroche.
Pero si de la fiesta taurina en sí misma se trata (que es de lo que se trata en realidad) pues eso es harina de otro costal que podremos debatir mientras comemos: yo una ensalada (o rabo de toro, que es la única carne que como, por coherencia, junto a aquella que sé cómo se ha criado y cómo se ha sacrificado) y los de EQUO, posiblemente, un chuletón.
No voy a entrar a debatir (porque no pretendo convencer ni justificar) las cuestiones culturales evidentes asociadas a la fiesta taurina, gusten o no, y reflejadas en el lenguaje y el vocabulario (que impregna por doquier la lengua con refranes, vocablos y expresiones) la pintura, la escultura, la literatura, la arquitectura, la música, la historia...
Tampoco quiero entrar a discutir la muerte del toro...aunque preguntaré al viento: ¿Son los antitaurinos vegetarianos? Si fuera así, entonces, me callaría (siempre que no quieran imponer a la fuerza "la lechuga"). Porque yo, que soy vegetariano a tiempo parcial (y sólo como rabo de toro o animales que sé cómo se han criado y cómo se han sacrificado) me parece INFINITAMENTE e incomparablemente más crueles las granjas masificadas de animales y los mataderos industriales (que conozco y me horrorizan). Y me parece más sincero, y menos hipócrita, presenciar la muerte de un animal en un mundo artificial donde parece que ésta no existe...y se esconde detrás de muros bajo descargas eléctricas.
Y si de tortura se trata, sólo sé que ningún ser vivo torturado reacciona como el toro bravo, que es BRAVO, y por ser bravo SUFRE pero llega a matar hasta herido de muerte.
Todo esto no anula el derecho de los antitaurinos a criticar y denunciar la Fiesta por violenta y gratuita (hecho que comprendo y respecto) pero, por favor, sin mezclar con otras cuestiones como el coste de las obras, los puestos de trabajo, la falta de afición, la ética o... el "caciquismo" (cuando además alcalde y expresidente de Diputación ni siquiera son aficionados).
Porque si al final de lo que se trata es de puro electoralismo, cercanas como estas las próximas elecciones, va a resultar que todos los partidos (grandes y chicos) son iguales. Porque en la política como en los toros hay que "ir por derecho" y el torero que "no hace la cruz...el diablo se lo lleva".
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