La dirección del Ecomuseo del Río Caicena en Almedinilla (proyecto que se traduce en diferentes museos, yacimientos arqueológicos y puesta en valor del patrimonio medioambiental y etnológico del territorio regado por el río Caicena a su paso por la localidad) ha levantado la voz de alarma ante las actuaciones que sobre el río Caicena está llevando a cabo la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que a su entender considera inadmisibles, más aún teniendo en cuenta que es la institución encargada de velar de los cauces.
Todo comenzó el pasado 20 de marzo con el desastre natural provocado por la crecida del río Caicena a su paso por la localidad de Almedinilla (debido a las intensas lluvias) y cómo una vivienda del casco histórico perdió por ello parte de su cimentación y protección (así como parte de la edificación) al moverse una gran piedra de 400 toneladas que se encontraba en el mismo lecho del río y sobre la que se apoyaba en parte el muro perimetral de la vivienda que le protege del cauce.
Este desastre natural se podría haber evitado si la Confederación del Guadalquivir hubiera atendido la solicitud que la vecina de la vivienda afectada realizó en 2009 (por escrito y vía ayuntamiento de Almedinilla) para que inspeccionasen la gran piedra que estaba perdiendo la base en la que se sustentaba, debido a otras crecidas del río, demandando que tomaran medidas de apuntalamiento o refuerzo de la misma. Sin embargo, los técnicos una vez inspeccionado el lugar no adoptaron ninguna medida preventiva.
Después del desastre natural de marzo la vecina afectada reclamó a la Confederación y al Consorcio de Seguros que dejaran la vivienda en su estado primitivo y, sobre todo, que repusieran el muro afectado que protege a esta vivienda del cauce desde hace 200 años, y que también protege a otras viviendas del casco histórico y al propio puente de principios del siglo XX.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir escudándose en que no es de su competencia actuar más allá de los márgenes de los ríos (cuando el muro en cuestión es el propio margen del río, y no cabe en ello posible distinción debido a la propia orografía del terreno: el río forma un desfiladero encajado) sólo quiere realizar una protección de cauce bajo en este punto, desestimando la protección de la vivienda, parte del barrio, y el propio puente (todos ellos anteriores a la propia fundación de la Confederación) y mostrando su desconocimiento de cómo funciona el río Caicena con sus frecuentes crecidas (que una protección de cauce bajo no frenará). Insistimos que esta vivienda lleva allí al menos 200 años (no es de nueva construcción) y forma parte del casco histórico de esta pintoresca localidad, al igual que cientos de ciudades y pueblos de España que han ido creando sus cascos históricos en desfiladeros, junto a cauces o en parajes modelados por los ríos.
La vecina de la vivienda afectada apuntaló su casa para, entre otras cosas, facilitar los trabajos de demolición de la gran piedra de 400 toneladas que, tras moverse, corría el riesgo de quedar encajada en el estrecho cauce del desfiladero y provocar una inundación de todo el barrio cuando el río viniera crecido.
La Confederación comenzó a romper la gran piedra con hormigón expansivo hace unas semanas y ahora prevé terminar de partirla con una máquina que trabaja en el mismo cauce del río, empujando los fragmentos cauce abajo por la pintoresca cascada de El Zurreón. Sin embargo, para ello se ha rellenando un salto de 6 metros de altura, situado unos metros más arriba del cauce (salto construido como azud en el siglo XVIII para llevar el agua a los diferentes molinos harineros, y que se conserva muy bien) construyendo una rampa de bloques de piedra que facilita la bajada de la maquinaria al mismo cauce. Con ello, además de afectar a una construcción histórica ha modificado sustancialmente el bello paisaje del río en este punto, añadiendo más peligro en caso de traer el río Caicena subidas de caudal (muy frecuentes y muy aparatosas casi todos los años) al arrastrar también ahora la cantidad de piedras y tierra que se han empleando para hacer la rampa y salvar el salto de 6 metros que forma el azud. Los técnicos de Confederación, con Rafael Poyato a la cabeza, no han considerando otras opciones menos agresivas, y además bastante menos costosas planteadas por técnicos del Ayuntamiento y de otras empresas especializadas en este tipo de trabajos.
Un gran daño al cauce natural del río, al bello paisaje, a una construcción histórica, para que, al final, ni siquiera la vivienda, el barrio y el puente del Casco Histórico queden protegidos con un muro igual o similar que el existente con anterioridad al desastre. Un montón de dinero público mal gestionado, con poca sensibilidad social y medioambiental, que ha recibido ya las quejas escritas del ayuntamiento de Almedinilla, grupos ecologistas, vecinos, y del propio Ecomuseo del Río Caicena, y que han sido desatendidas con una gran opacidad.
Por eso se pide a la Confederación que reconstruya el muro que protege de las crecidas del río a la vivienda afectada, a otras casas y al puente del Casco Histórico de Almedinilla; Que deje en su estado original el azud del molino del siglo XVIII eliminando la rampa de piedras (y con ello el peligro de arrastre que una crecida del río podría provocar); Y, por último, que actúe en la cascada de El Zurreón limpiando y acondicionando este bello paraje que ahora está recibiendo todos los fragmentos de la gran roca y por este motivo ha quedado totalmente desfigurado. El patrimonio histórico y natural de Almedinilla se lo merece y, sobre todo, el patrimonio humano de los vecinos y sus viviendas.
Ignacio Muñiz
Director del Ecomuseo del Río Caicena
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