Ya sé que vivimos inmersos en las nuevas tecnologías, que nos ponen el mundo al alcance de un click, tal como estoy haciendo yo en este momento, tecleando un artículo para compartir vía on line en un día como hoy, 16 de diciembre, que de nuevo celebramos una conmemoración más en el anuario andaluz y compartiendo con ustedes este relato.
CONMEMORACIONES LUJURIOSAS:
Acabo una jornada más en el trabajo, antes de irme, mientras el ordenador se va cerrando, yo recojo un par de carpetas, me cercioro de que ciertos archivos están en su sitio. Y por último ordeno las mesas, las sillas, las revistas, los catálogos y libros desparramados por la estancia, mientras me suena el móvil y voy respondiendo a la llamada telefónica.
Salgo de allí, del trabajo apagando una serie de interruptores. Conectando la alarma. Rituales rutinarios de un final. Transcurren unos minutos de travesía en coche, ya estoy, he llegado. Llevo todo el día trabajando, sin saber de él o de ella. ¡Ansío que acabe este día tan largo y estresante, darme una ducha, desconectar, relajarme, cenar algo ligero, que pase el tiempo con avidez y armonía!. Mi corazón palpita ante la idea del reencuentro, ya falta poco para que nos reunamos de nuevo, otra vez. Deseo mirarle, tocarle, acariciarle... ¡Un conjunto de evocadoras sensaciones y expectativas!.
¿Me pregunto, sí me complacerá en esta nueva noche de insomnio?... ¿Saciará mis deseos e inquietudes?... ¡Estoy disponible, receptiva, me entregare con pasión, en cuerpo y alma, lo deseo!.
Cualquier lugar será válido: la entrada, la alcoba, la cocina, el baño, el balcón, el patio e incluso el trastero…¡Tan sólo son efímeros espacios¡.
Ya esta ante mí, entre mis manos, despertando súbitamente todos y cada uno de mis sentidos más instintivos: El tacto, el olfato, la vista, el gusto...
Mi cuerpo sensualmente cargado de lujuria, se torna pasivo, exige la plena concentración de mis emociones. Mi vista, mis ojos recorren sus grafías, sus sílabas, sus renglones visibles, sus párrafos omitidos entre lujuriosos o fantasiosos en estay otras sugestivas lecturas… A la vez, que en mí mente gana o pierde racionalidad , conocimientos , recuerdos conscientes e inconscientes y deja fluir el instinto sin que exista el tiempo en la lectura. ¡Sígueme!...
Mis ojos van y vienen por él, haciéndome “ausente al entorno donde estoy”. Sólo escucho unos labios sosegados que silabean, mi mente silenciosa y en ella sus entrecortados suspiros al pasar yo las hojas, al rozarle con la yema de los dedos…
Él sumisamente se deja que lo recorra con suavidad, que palpe sus rincones, que acaricie su torso, que le anuncie el final de nuestro idilio en está noche de cansancio, cobijándose en mí regazo. ¿Me aguardará?...¡Sé que esperará escrito hasta otro momento donde no cabe la traición, ni la exigencia, el dar sin recibir, el aconsejar e informar sin imponerse¡….¿Persistirá aunque pase el tiempo?...
En definitiva un relato fruto de la imaginación que es libre como las palabras, para conmemorar el Pacto Andaluz por el Libro, la Junta estableció e institucionalizó el 16 de Diciembre Día de la Lectura en Andalucía, fecha de nacimiento del poeta Rafael Alberti y del homenaje que en 1927 el Grupo Poético de la Generación del 27 rindió en Sevilla al poeta Luis de Góngora con motivo de tercer centenario.
Me sería fácil hacer un apasionado elogio de la lectura. Caí bajo su hechizo cuando era una niña, y aún continuó bajo su influjo. No voy animar a la lectura a los que ya son lectores. No voy convocarles para que lean, porque leer no es un lujo, mas bien una satisfacción privada, una necesidad que marca la calidad de nuestras vidas.
Dice Emilio Lledó: El saber es de por sí difuso y tiene que expandirse. El libro tiene que existir, pero al mismo tiempo hay que darle cobijo en el espacio público y privado, “para que los libros sean la existencia del ser humano, el fomento de la mente, donde se mantenga la gran conversación y el pensamiento de los siglos”.